Cuando cerré los ojos sentí cómo el techo me golpeó: sobreviviente del 19-S

A un año del sismo del 19-S

Alma vivía en el quinto piso del edificio 1-C del Multifamiliar Tlalpan. El 19 de septiembre de 2017, su casa se desplomó y permaneció por dos horas y media bajo los escombros.

Dos policías que transitaban por avenida Tlalpan, en la delegación del mismo nombre, la rescataron. (Especial)
Alma Guadalupe Nava. (Foto: Iván Ramírez)
Edificio 1-C del Multifamiliar Tlalpan tras el sismo. (Cuartoscuro)
Ciudad de México /

Alma Guadalupe, de 34 años, vivía en el quinto piso del edificio 1-C del Multifamiliar Tlalpan, pero el 19 de septiembre de 2017 su casa se vino abajo en cuestión de segundos "como si fuera un elevador". Tras dos horas y media de permanecer bajo los escombros fue rescatada. 

Ese día, luego de desayunar y hacer la limpieza de su casa, se metió a bañar. Apenas le dio tiempo de ponerse el pantalón cuando a las 13:14 horas el suelo comenzó a moverse. Lo único que pudo hacer, recuerda, fue abrazarse a una pared.

A un año del sismo de 7.1 regresa al lugar donde volvió a nacer...

Recuerda que ahí, en el Multifamiliar, 18 personas fueron rescatadas y nueve más murieron y se siente agradecida con Dios por haberle dado una segunda oportunidad para vivir. 

El terreno donde estaba su casa hoy está en el abandono. Un tapial cubre la superficie y por un agujero se aprecia una excavadora, algunas varillas y una oquedad llena de agua. 


Foto: Cuartoscuro

Vestida de negro, platica que de pronto la inquietud la domina al recordar esa tragedia.

"Todo fue en segundos. Ver un movimiento fuerte, sentir cómo caía tierrita de arriba, cómo empezaba (a caerse el edificio). Sonaba algo muy terrible y yo decía ‘¡Chispas, no sonó ni la alarma! ¿Cómo puedo saber qué está sucediendo? Ya hasta que empezó a colapsarse el edificio, pero fueron segundos de no saber. Uno se queda asombrado, muy espantado ante esa situación". 

Su casa comenzó a azotarse y en cuestión de segundos se desplomó. De pronto, el techo se cayó y le golpeó la espalda. Todo era silencio, oscuridad y polvo en el aire. Al despertar, el miedo la invadió.

Al creer que ya había pasado lo peor, una explosión se escuchó: el gas comenzaba a salirse. 

"En ese momento dije ‘no me mató el sismo, pero no sé si cualquier cosita detone aquí el incendio’ Bueno, uno se imagina mil cosas”. 


VIDEO

"Bajo los escombros escuché crujir las paredes"



"¡Aquí estoy!" 

El tiempo pasaba y desde los escombros Alma gritaba. Mientras esperaba ser rescatada trataba de distraerse pensando en otras cosas. Por ejemplo, como que en la mañana su departamento no estaba sucio.

Bajo los escombros, se contaba chistes y hacía bromas: "Voy a hacer mi quehacer porque no quiero que venga mi esposo y me encuentre aplastada. Vaya, esa palabra no la utilizo, pero en ese momento dije '¿aplastada? ¡Qué chistoso!' Curiosamente así quedé, aplastada". 

"Todo eso me empezaba a dar risa. Luego dije ‘¡Chin, dejé los cigarros en la mesa! Pero cuando recuerdo que se comienza a salir el gas dije ‘ahí (los cigarros) están bien’ y detalles así. Por ejemplo, dije ¿Por qué puse música de banda si yo no oigo esa música? Y precisamente cuando pongo eso se cayó el edificio. Me hacía ese tipo de chistes”, mismo que la “mantenían aguantando el dolor, el impacto y el susto". 


“En ese momento dije ‘dudo mucho salir de aquí con vida, esto está fuerte’. Se escuchaba terrible cómo se empezaban a crujir las paredes, cómo se empezó a colapsar, dije ‘aquí no hay salida, yo de aquí no salgo viva, es muy difícil que salga de aquí’”. 

Adentro, escuchaba cómo crujían las paredes. Cuando creyó que ya no había esperanza, dos policías que transitaban por Tlalpan se acercaron al lugar donde estaba y la escucharon.


Foto: Especial

Los oficiales escalaron la montaña de escombros para auxiliarla. En tanto, afuera algunos vecinos corrían por sus hijos a sus escuelas y unos cuantos se desmayaron a unos metros de la zona. 

Arriba, a través de un pequeño agujero la vieron cuando gritaba: "¡Ya sáquenme! ¡No estoy aguantando la cadera! ¡El aire se me está acabando!"

Fueron minutos de desesperación. Salió mareada y muy espantada. Todo el cuerpo le temblaba. Afuera, dos personas la ayudaron a bajar por una escalera.

Alma fue llevada a la Clínica 32 del IMSS, donde le dijeron que su cadera tenía un golpe muy fuerte.

La vida después del sismo

La primera semana después del sismo, Alma estuvo muy nerviosa. No quería separarse de su esposo Jorge, e incluso, no quería meterse ni a bañar e “internamente me sentía muy nerviosa”, describe.

Al cumplirse el primer mes del sismo, se sentía más tranquila y "consciente de que lo que pasó fue un desastre natural y que no hay culpables, no hay nada. Simplemente fue una reacción de la tierra misma y siempre ha pasado". 

"No es algo que me pasó porque alguien quiso que me pasara. Estoy agradecida. Pienso que Dios me dio una oportunidad y que debo seguir adelante". 


"Después de que pasó todo esto he recibido el apoyo de mi esposo. No he ido a psicólogos, no he ido a nada. Mi esposo es mi psicólogo, él es que me hace hablar y sacar todo mi miedo, mis preocupaciones y me dice ‘¡Vamos a seguir adelante! Toma mi mano y corremos juntos. No pasó nada, hay que seguir adelante porque la vida es hermosa’". 



  • Iván Ramírez
  • ivan.ramirez@milenio.com
  • Periodista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Editor web y reportero en temas de seguridad y justicia. Amante de los perros. Siempre buscando historias que contar.

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