Han pasado más de 21 días bajo aguas negras y los habitantes de Chalco, en el Estado de México, están desesperados.
Los problemas de salud se acrecientan y hay quienes se mantienen en el segundo piso de sus viviendas prácticamente atrapados.
“Llevo desde el sábado sin salir, es más, ni he bajado al primer piso”, dijo a MILENIO Yazmin, quien se asomó desde la ventana de su casa, desde donde recibe ayuda con una bolsa de mandado amarrada a un mecate.
Al acercarse, en la colonia Culturas, se registra el olor fétido. Se observan autoridades de todos los niveles entregando suministros, atendiendo a la población, pero la principal demanda, sacar el agua de sus hogares, no se cumple.
“No podemos dormir, no podemos cocinar, no nos podemos bañar, no podemos hacer nuestras necesidades y la verdad es que sí ya estamos muy desesperados”, comentó a MILENIO, Juan Pablo, quien viven en Chalco desde hace décadas.
Se han dispuesto más de 400 elementos de todos los niveles de gobierno. Hay elementos del Ejército, la Marina, policía estatal y municipal, el sector salud. Todos, están todos, pero la inundación no cede.
“Los ánimos están hasta el suelo, deprimidos por la situación, porque qué más quisiéramos que ya bajara todo y, aunque el gobierno no nos apoye para limpiar, a sacar toda la basura y la porquería que va a quedar”, reclamó Juan Pablo, quien, desencajado, platica que ha invertido casi 700 mil pesos en subir el nivel de su vivienda y que aún así no fue suficiente; “nos rebasó”, remata.
Con tantos días, el foco de infección comienza a ser un riesgo para personas como Don Mauro, quien a pesar de sus heridas y sus 72 años por recibir hemodialicis, se tiene que mover entre el agua sucia.
“Esperemos en Dios, que el gobierno nos ayude para que pueda la gente pasar bien, que se acuerdan de los pobres, para que así tengamos más ayuda; sí han venido las pipas, pero no sé por qué no se va, no han logrado.
"Yo digo que falta que se reúnan más y entre varias la saquen, no solo una sola pipa, no saca todo el agua”, expresó mientras escurre varias de sus cosas que siguen en aguas fétidas.
Desde que se acerca uno a la zona se registra el hedor, el daño es mayor y aún así solo 70 personas de las más de mil afectadas han acudido a los cuatro albergues.
Chalco vive una situación de emergencia y lejos se ve una solucion real.
“El yo decir un estimado, una fecha, una hora, sería una irresponsabilidad de mi parte”, declaró Adrian Hernández Romero, coordinador general de Protección Civil del Estado de México.
También hay daños en negocios y escuelas, que han tenido que retrasar el regreso a clases, es el caso del Kinder Paulo Freiré, donde su directora, María Luisa Molina, reconoce que viven una crisis mayor.
“Las personas que nos están apoyando se están encontrando con obstáculo de que el agua se sigue filtrando no puede seguirse acá el problema persiste persiste en todas las bien ha bajado el nivel de agua en la calle en drenaje sigue fallando sigue filtrando por el subsuelo el agua por las paredes porque hay casas que están inundadas y por tanto se filtra” ¿Considera que estaría lista para el inicio de clases?
“Definitivamente no, mientras no se resuelva el problema de la inundación en las calles y en otra casas no, vamos a persistir con el agua, cómo vamos a usar los baños? los niños, lavarse sus manitas si el drenaje no lo podemos usar definitivamente no va a estar”.
En la búsqueda de lo que está provocando el tapón del desagüe, autoridades han encontrado negocios que irresponsablemente tiran desperdicios a gran escala.
Pollerías y otros negocios de comidas acostumbran arrojar grasa a las coladeras, que cuando se enfría se convierte en cebo y tapa las alcantarillas. Algunos ya tiene suspensión de actividades por infringir las medidas de salud, pero el mal ya está hecho.
EHR