El municipio de Chignahuapan promueve la práctica del juego de pelota para rescatar la tradición mesoamericana y apoyar a los jóvenes, inculcándoles el orgullo por sus orígenes. El juego de pelota es un deporte con connotaciones rituales, jugado entre el siglo XIV y el siglo XII a.C. por los pueblos precolombinos.
En entrevista para MILENIO Puebla, Joel González Mote, precursor de la Asociación de Juego de Pelota Mesoamericana del Estado de Puebla, relató que desde hace cuatro años surgió la iniciativa de conformar un equipo representativo de su localidad. Contó que luego de contemplar algunos vídeos en internet de practicantes de esta disciplina, se inspiró para arrancar con el proyecto.
Además, Joel dijo que apreció el esfuerzo que representaba la preparación de los contendientes, sin embargo, existía poca información respecto a la práctica de la disciplina.
Indicó que a través de la Federación Mexicana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradiciones AC inició su capacitación, lo cual dio pie a la conformación de la asociación civil que preside: "Posteriormente nos integramos a un movimiento nacional que existe de este deporte”.
Expresó que tras la conformación de la delegación poblana, la asociación solicitó y obtuvo la sede de dos campeonatos nacionales.
“En 2018 albergamos el primer cuadrangular nacional y el año pasado hicimos un Torneo Mesoamericano, donde tuvimos la presencia de un equipo extranjero (la delegación de Belice) y diez equipos representantes de algunos estados de la República”.
Resaltó que la organización cuenta con un representativo femenil, pues se promueve la inclusión, “pero no nada más nosotros, también los hermanos estados realizamos torneos y en estos estamos incluyendo a las mujeres. Para nosotros es importante que ellas, en igualdad de derechos, practiquen estos juegos ancestrales. Se dice que en la antigüedad también lo realizaban. Sabemos que el juego de pelota lo practican actualmente los hombres, pero las mujeres tienen igualdad en oportunidades, poseen las mismas habilidades y capacidades para realizar este juego”.
Formato del encuentro
Joel González informó que los aspectos técnicos, vestimenta y medidas de la cancha se lograron preservar en el estado de Sinaloa:
“Diferentes familias, en específico la Lizárraga Covarrubias, conservaron y difundieron todos estos aspectos, principalmente los técnicos y formas de golpeo. Sabemos que hay golpeos que se realizan por la parte de abajo y golpeos por la parte de arriba. Cada golpeo tiene diferentes nombres”.
Asimismo, comentó que en Sinaloa se juega a ocho tantos, pero sin límite de tiempo:
“Había en la antigüedad encuentros que podían durar horas o días. Ya como un formato deportivo que estamos revitalizando a través de la federación, lo estamos llevando a dos tiempos de 15 minutos”.
Dio a conocer que en su municipio alrededor de diez personas lo practican, “entre chicos, chicas y niños”, sin embargo, destacó que en la entidad también existe el equipo Yehualtepazolli, originario de Yehualtepec, el cual es dirigido por el profesor Sebastián Domínguez Sánchez.
Explicó que por la pandemia han dejado de practicar de forma presencial, pero se han cumplido actividades en línea: “Conferencias, pláticas, entrenamientos. Seguimos dándole esa difusión utilizando los medios digitales”.
Condiciones de los jugadores
Actualmente, el estado de Puebla está representado por el equipo Chignahumictlán, el cual ganó en 2018 el segundo lugar en el Torneo Nacional de Juego de Pelota, en la categoría B.
González Mote describió que en este juego, cada participante debe portar un fajado que consta de una gamuza hecha de piel que se anuda a la cadera y entrepierna a manera de “maxtlatl”, o taparrabo. Encima va una pieza de cuero que cubre el lado de la cadera con el que se golpea a la pelota. Después, una banda de algodón que se enrolla en el abdomen y por último el chimalli, que traducido al español es escudo, un cinturón de cuero que aprieta los glúteos y le da firmeza al fajado.
“La faja puede ser de tela de mezclilla o de estambre artesanal; el cinturón de cuero es conocido como chimalli. Esto es prácticamente la protección que un jugador tiene”, comentó.
Respecto a la pelota, se elabora con hule macizo o caucho y tiene un peso de 3.5 o de 2 kilogramos.
Agregó que son juegos de cinco a seis personas por cada equipo, que deportivamente hablando también tiene cambios y se juega en una cancha de cuatro metros de ancho por 40 metros de largo. Por último, expresó que además de su función ritual, también servía para dirimir conflictos.
Suma Cantona 24 juegos de pelota
En 2014, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) difundió que la zona arqueológica de Cantona, en Tepeyahualco de Hidalgo, el cual se ubica en la parte centro-oriente del estado de Puebla, colindando con Perote, Veracruz, representaba la ciudad prehispánica con más juegos de pelota en el país, con un total de 24.Entonces, estaba seguida por Tajín, con 17; y en tercer lugar Chichen Itzá, con 13.
El juego de pelota es uno de los rituales religiosos más importantes de la cultura mesoamericana. En el Popol Vuh —libro sagrado maya— se describe un juego de pelota donde los gemelos divinos se enfrentan y vencen a los señores del inframundo.
Asimismo, se convirtió en un rasgo cultural que representaba la lucha cotidiana entre fuerzas contrarias, conceptos antagónicos como la luz y la oscuridad, el día y la noche, sequía o fertilidad.
Para algunos el juego se llamó Ulama, para otros Tlachtli o Pok-Ta-Pok en Maya. El objetivo era mantener la bola en juego, mientras se intenta que atraviese por alguno de los aros.
La pelota, otrora de hule, representaba las trayectorias de astros sagrados como el Sol, la Luna y Venus. También se practicaba para resolver conflictos como pleitos por tierras, controles comerciales, tributos, entre otros.
La cancha de pelota más antigua encontrada al presente fue construida hacia el año 1400 a.C. en el Paso de la Amada, Soconusco, Chiapas, México.
De acuerdo con investigadores del tema, el juego se difundió desde Arizona, Estados Unidos, hasta Nicaragua. El juego de pelota fue practicado por varias culturas y durante siglos, por ello hubo variantes regionales y de época. Se han encontrado juegos relacionados en las Antillas —los taínos lo llamaban Batú— y en la amazonia peruana.
Se considera que hubo cuatro modalidades principales para jugarlo: con la mano, utilizando una especie de guante o un bastón, por lo que sería una de las primeras y más elementales formas; con la pierna, portando protectores en el área del muslo; con la cabeza, usando una especie de casco o banda; y con la cadera, con una especie de faja.
La práctica era jugada por dos equipos de entre 2 y 5 jugadores cada uno, y consistía en hacer pasar la pelota por un anillo de piedra. Para impulsarla se utilizaba la cadera y los codos. El tamaño promedio de la cancha era de 8 metros de ancho por 30 de largo que estaba flanqueado por paredes inclinadas para hacer rebotar la pelota.
El juego tenía aspectos rituales, los más importantes podían incluir el sacrificio humano. El deporte se jugaba también de manera informal, o como recreación de niños y mujeres.
mpl