El empresario textil, Edgar Cerecero López, aseguró que no solo la competencia china se ha vuelto un problema durante la temporada de regreso a clases, pues generalmente venden uniformes de mala calidad y a menor precio; ahora también las ventas informales, ya sea en cajuela de automóviles, tianguis, o en redes sociales, lo que generan pérdidas al sector formal de hasta 60 por ciento.
Recordó que el mercado textil nacional tiene una gran demanda de habilitaciones (telas, cierres y botones) de origen asiático, cuya calidad no es mala y a buen precio, lo cual los hace competitivos y les deja un buen margen de ganancia, sin embargo, ahora los fabricantes chinos han empezado a ingresar pantalones, suéteres y blusas escolares al país.
“Del 2022 a 2023 las ventas disminuyeron casi 39 por ciento y ahora con la venta de productos asiáticos esperamos que las pérdidas sean de hasta 60 por ciento”.
Explicó que para vender en grandes cantidades, los chinos llegan con prendas genéricas, es decir, miles de pantalones azul marino o gris, lo mismo que suéteres verdes y blusas blancas, y las dan a precios muy bajos, lo que los deja totalmente fuera de competencia. Solo fabricar un pantalón escolar azul en el mercado nacional oscila entre 250 y 300 pesos, sin embargo, con ellos cuesta 200 pesos.
“Al mercado chino no le interesa mucho la calidad sino el volumen, así que una escuela con una matrícula del 300 o 500 alumnos no es atractiva, pues prefiere traer contenedores de más de 5 mil o 10 mil prendas, números que muy difícilmente una escuela puede solicitar”.
En el último año está situación ha incrementado y pese a que la normatividad establece sanciones por vender por debajo del costo original, estas prácticas ilegales y desleales se siguen aplicando.
Eligen prendas más baratas
El también vicepresidente de Normatividad de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur), del Valle de Toluca, detalló que muchas veces el padre de familia por la inmediatez, para salir del paso y por necesidad económica, compra estos artículos, aunque sabe que la prenda le va a durar dos o tres meses, mientras una prenda de mejor calidad y un poquito más cara le durará el doble o el triple de tiempo.
Asimismo, hay quienes han optado por adquirir sus uniformes de uso través de redes sociales, lo cual representa pérdidas de 20 por ciento para los fabricantes formales. Lo mismo pasa con quienes compran con los famosos “cajueleros”, personas que venden algo en la cajuela de su automóvil, que se ubican fuera de las escuelas
“En muchos casos son prendas con tres o cuatro años, con más de 50 ciclos de lavado. Esto nos pega en 40 por ciento de las ventas, que sumado al 20 por ciento de las ventas en redes sociales, las pérdidas generales oscilan hasta 60 por ciento”.
Cerecero López insistió en los padres de familia hagan un análisis a conciencia al comprar una prenda, pues siempre será una mejor inversión adquirirla en un negocio formal. Para este regreso a clases los padres de familia gastarán entre 950 y mil 300 pesos en el uniforme de gala (camisa, blusa, pantalón o falda y suéter), mientras para el uniforme deportivo entre mil 250 y mil 300 pesos (short, playera y pans).
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