Paulina Reyes Eustaquio se dedica desde hace 30 años a la elaboración del chocolate casero en tableta, en el municipio de Huaquechula en Puebla, por lo que este oficio se ha heredado de generación en generación, debido a que sus hijas y nietas se dedican a esto.
En entrevista con MILENIO Puebla, destacó que en el municipio fue la primera mujer en dedicarse a la producción del chocolate y este procedimiento lo ha heredado a sus hijas y nietas.
En este contexto, compartió que fue su mamá quien le heredó el arte y amor para elaborar el dulce que en el municipio de Huaquechula es uno de los elementos principales para la ofrenda en la temporada de Día de Muertos.
La entrevistada refirió que el cacao lo traslada de Tabasco, para que este tenga mayor calidad y agregó que deben ser los ingredientes exactos para que el producto sea para el gusto del paladar de quienes lo compran.
Asimismo, comentó que al inicio sólo se elaboraba en la temporada de Todos Santos y actualmente en cualquier temporada y la venta de los mismos es similar, pero la mayor es en la fecha ya mencionada, pues los familiares en el municipio prefieren un chocolate casero que uno de fábrica.
“Mi mamá me enseñó a elaborarlo y ella vivió 100 años y ella nos enseñó que para las ofrendas se tenía que poner chocolate casero le decimos nosotros, entonces a cada kilo de cacao le agregamos dos kilogramos y medio de azúcar, una onza de canela, una onza de almendra”, precisó la entrevistada.
Ante esto, reveló su receta, pues puntualizó que por cada kilogramo de cacao se debe integrar dos kilos y medio de azúcar, así como una onza de canela, una onza de almendra, para contar con un chocolate de calidad.
De igual forma, refirió que un día antes pelan y tuestan el cacao y esto es de manera artesanal, para después ir al molino a moler los granos. Agregó que en la temporada fuerte, elaboran más de 10 kilogramos, esto de acuerdo a lo solicitado, pero destacó que la mayoría de las personas realizan su pedido para contar con este alimento casero y del municipio en sus altares.
Precisó que de 10 kilogramos la producción se traduce en más de 180 tabletas de tamaño normal.
“Hasta el momento mis dos hijas, una nuera y una nieta aprendieron y les digo que es bueno para que no se pierda la tradición, pues cada año se utiliza para adornar el altar, con tablilla casera y es una muestra de amor para nuestros difuntos, aunque no sea ofrenda nueva”, enfatizó.
Finalmente, Paulina Reyes con orgullo en los ojos y el rostro iluminado aseguró que la elaboración de la tableta no se va a perder, debido a que sus hijas y nietas siguen sus pasos.
AFM