Sólo a temprana hora y en domingos, las ciclovías impulsadas, en su mayoría, por el ex gobernador Rafael Moreno Valle, tienen mayor ocupación por parte de las personas, ya que las pistas, entre semana, se encuentran olvidadas, incluso las que se construyeron a nivel de piso son usadas, en su mayoría, por el transporte motorizado Uber Eat y Rappi, que ante el tráfico que se tiene en la ciudad, usan los carriles para acortar tramos.
Fue en 2009 que la ex alcaldesa priista, Blanca Alcalá Ruiz comenzó con la colocación de ciclovías, siendo la primera la denominada “Ciclovía Centenario”, ubicada en el camellón 31 Oriente, que va de la rotonda del bulevar 5 de Mayo a la 24 Sur y que tuviera una inversión de 3 millones 90 mil pesos. Sin embargo, ante la carencia de un plan de movilidad, la obra de 1.4 kilómetros sólo se ocupó para uso personal de los vecinos de la zona, que acuden los domingos al Parque Ecológico a hacer ejercicio en la ciclopista, y otras más para que los poblanos paseen a sus mascotas, así como para los jóvenes con patineta, que practiquen nuevas acrobacias.
De 2014 a enero de 2017, durante la pasada administración encabezada por Rafael Moreno Valle, se edificaron seis ciclovías, que en suma dan más de 61 kilómetros y una inversión superior a los 800 millones de pesos.
En 2014, se entregó la ciclopista de la vía Atlixcáyotl, que contó con una inversión de 62.4 millones para 3.5 kilómetros. Y a casi cuatro años de su inauguración, la obra que va del Centro Integral de Servicios a la zona residencial La Vista, es utilizada, en su mayoría, por transeúntes, principalmente al cruzar de Angelópolis al CIS. Mientras las personas con bicicletas, la usan en fin de semana para hacer ejercicio, pero sólo a temprana hora, ya que en la noche no cuenta con iluminación, haciendo el proyecto inseguro y poco confiable para los ciudadanos.
Para el 2015, en coordinación con la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), se puso en marcha la ciclovía denominada “Parque Lineal Universitario”, de 4.8 kilómetros de longitud, cuya inversión fue de 45 millones 520 mil 579.40 pesos, que sale de la Facultad de Computación en Ciudad Universitaria, al Edificio Barroco, en el Centro Histórico. La obra que fue pensada para los universitarios, en los primeros meses contó con gran afluencia por este sector, pero al paso de las semanas, el proyecto comenzó a tener vicios ocultos, pues tan sólo en la 14 Sur, la pista de color azul se levantó, por lo que los ciclistas deben arriesgarse a salirse del camellón destinado para ellos, y pasar por la circulación vial para evitar estos tramos.
Además, gran parte de los usuarios, denunciaron que los tramos altos eran pesados, y no estaban diseñados correctamente para la movilidad diaria de un ciclista. MILENIO DIARIO entrevistó el pasado 24 de noviembre a ciclistas que pasaron por dicho tramo, y argumentaron que la obra carece de mantenimiento, y que debe tener seguridad, puesto que algunos tramos a nivel piso, son invadidos por motociclistas, especialmente por los de Uber Eat y Rappi, quienes “sin pena ni gloria”, circulan por la ciclovía, lo que también ha ocasionado que se dañe la obra más rápido.
En 2016, la ciclovía del Paseo Río Atoyac se abrió a los poblanos, y tuvo una inversion de 19.9 millones de pesos, pues consta de una longitud de 5.2 kilómetros.
Con una longitud de 14.5 kilómetros, se puso en marcha la ciclopista Hermanos Serdán, con una inversión de 273 millones 742 mil pesos.
Por su parte, la ciclovía de la autopista, colocada abajo del segundo piso de la México-Puebla, quedó lista en 2017, y contó con 150 millones de pesos y una extensión de 15 kilómetros, pero debido a su mala planeación y constantes quejas por grupos expertos en movilidad, el ahora mandatario, Antonio Gali, ordenó la demolición de la misma, a fin de ampliar de dos a tres los carriles de la vialidad y eliminar así los embotellamientos que han afectado la productividad de las empresas y de los obreros que trabajan en la zona norte de la ciudad.
Finalmente, la administración morenovallista cerró su sexenio con la ciclovía Periférico-Ecológico-Cholula, con un trayecto de 18.3 kilómetros y una inversión de 259 millones de pesos. Al igual que las demás obras, los ciclistas no hacen uso de la misma. La obra carece de buena iluminación, situación que hace más complicado que los usuarios se sientan confianza al usarla, especialmente en los tramos a nivel piso.