Con el cierre del Hospital Civil de Ciudad Madero también morirá la actividad económica en todo ese sector de la colonia Miguel Hidalgo Oriente.
Los comercios que se ubican a los alrededores de esa nosocomio se encuentran en la cuerda floja y ya analizan bajar sus cortinas ante la disminución de afluencia, ya que el potencial de sus ventas siempre fueron el personal médico, pasantes, pacientes y los familiares de los enfermos.
Tan sólo en el perímetro del hospital hay por lo menos 30 locales, desde papelerías, comedores, venta de tortas y tacos, misceláneas, farmacias, peleterías, aguas frescas, entre otro tipo, quienes ya no tendrán las mismas ventas una vez que quede solo el “cascaron” de lo que fue el Civil de Madero durante 89 años de servicio.
Ángela Morales Morales, propietaria de una tienda junto al civil con más de 20 años de antigüedad, expresó que el comercio creció y evolucionó junto al hospital conforme a la necesidades que se tuvieron, desde copias para trámites, tiendas para los familiares que se quedan a la espera, farmacias para la compra de medicamentos etcétera.
“Definitivamente que nos vamos a ver afectados todos los comerciantes, porque tenemos aquí a todo el personal de salud, los familiares y los estudiantes que consumen, será un golpe certero, nosotros prácticamente dependemos de ellos, en mi caso, nos consideramos parte del hospital, tenemos muchos años aquí”.
Lamentó todo lo que viene con este cambio, al referir que el nuevo hospital se encuentra muy retirado, no hay tiendas, papelerías, copiadoras, farmacias, nada donde los pacientes puedan salir en un lugar cercano. También mencionó que no hay muchas unidades de transporte que pasen por el acceso a Miramapolis donde se encuentra ubicado.
Ahora lamentan que por la falta de mantenimiento o inversión, se tenga que cerrar de manera definitiva, ya que se va a llevar “arrastrando” todos los negocios antes mencionados que se complementaba entre sí.
Milenio Tamaulipas realizó un censo por los locales que se verán afectados y todos coincidieron en que les espera la peor temporada. Argumentan que no tendrán más opción que bajar sus cortinas y buscar otro lugar donde se puedan instalar o de lo contrario dedicarse a otra cosa.
Por su parte Brayan Moreno, de Tortas Chencho, explicó que de por si vienen de una temporada difícil por la pandemia, esto los afectará aún más y no saben si van a poder resistir o cerrar también. “Si se va todo el hospital, también nos vamos, aquí nos hacen hasta pedidos grandes en horas de comida”.
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Juan Antonio Berrón Navarrete, vendedor de tacos de canasta, argumentó que las ventas del día las hacen todos los que acuden al nosocomio por diferentes motivos, ya sea por trabajo o enfermedad. Al enterarse que cerrarán reprobó totalmente esta decisión, porque también tendrán que buscar una reubicación.
Todos coincidieron en que el recurso que se utilizó para el nuevo hospital lo hubieran invertido en mantenimiento para este antiguo.