Además de los obstáculos tecnológicos y pedagógicos que parte de los alumnos y maestros enfrentan durante el comienzo del ciclo escolar 2020-2021, la población con capacidades de aprendizaje limitadas representa una prueba para las estrategias de enseñanza implementadas, a raíz de la crisis sanitaria provocada por el covid-19 en nuestros país, consideran especialistas en educación especial.
Si bien las clases por televisión abierta permiten a miles de niños continuar con su educación, para lograr un "avance significativo" en general debe haber un apoyo adecuado, explicó María Alejandra Aguilar Navarrete, directora la Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (Usaer) 42.
En ese sentido, la maestra explica que la educación a distancia no se puede aplicar de la misma manera a los niños con necesidades educativas especiales, como los que asisten a las Usaer.
"El tiempo estimado de atención sostenida para esos pequeños es de 3 a 5 minutos, las sesiones deben ser breves y concisas; lograr que desarrollen habilidades socio adaptativas, como vestirse, amarrarse las agujetas y ayudar en las labores de casa, que contribuyen a lograr su independencia, demandan más apoyo", añadió Areli Durán, de los Centros de Atención Múltiple (CAM).
Ahora, agrega la instructora, que reconozcan su voz, saluden a la cámara y se sientan incluidos, cosas que parecieran obvias, es lo más difícil, comentó.
Cada alumno tiene necesidades distintas, algunos tienen problemas de lenguaje, deficiencias motrices, auditivas o visuales; tienen autismo, síndrome de down o discapacidad múltiple, por eso, en todos los casos es fundamental el acompañamiento de los de familia durante las sesiones: “Muchos viven en familias monoparentales, no son hijos únicos y tampoco cuentan con los recursos suficientes para permanecer en contacto con su profesor".
Sector en riesgo
En México hay 38.5 millones de niños y adolescentes de 0 a 17 años, de los cuales 580 mil 289 menores de 5 a 17 años tienen alguna discapacidad, según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2018.
Los datos también muestran que actividades como aprender, recordar o concentrarse (40 por ciento), ver (32.6 por ciento) y hablar o comunicarse (30.2 por ciento) son las de mayor demanda.
Mientras, escuchar (11.3 por ciento) y actividades motrices como mover o usar los brazos y manos (10.9 por ciento) son las menos declaradas.
En ese sentido, la encuesta señala que 75.3 por ciento de los menores con discapacidad asiste a la escuela, y que la población de 15 a 17 años tiene mayor riesgo de abandonarla.
ledz