A dos años de que llegó el primer caso de contagio del covid-19 en Puebla, los comedores públicos para ayudar a la gente más vulnerable se multiplicaron. “Esta labor no la cambio, a pesar que la situación está dura”, expresó Martha García Herrera, responsable del Comedor Palafoxiano, ubicado en la 9 Oriente entre la 16 de Septiembre y 2 Sur, de la ciudad de Puebla.
En entrevista con MILENIO Puebla, Martha explicó que dedica más de siete horas a esta labor altruista para que las personas puedan comer en este espacio y más en épocas críticas de pandemia.
Narró que su actividad comienza desde las 9 horas cuando se traslada al comedor. La Arquidiócesis de Puebla le compartió este espacio para dicha labor. Además, Martha puntualizó que no recibe ningún pago por la preparación de los alimentos.
En este contexto, señaló que desde temprano sale de su hogar con gran entusiasmo y fuerza para preparar un menú de más de 180 porciones para que los más necesitados cuenten con un alimento balanceado.
La entrevistada destacó que la mayor parte del día y de su vida se dedica a cocinar y limpiar el área donde prepara los alimentos; por ello, llega después de las 18 horas a su casa donde sus hijos la esperan con mucho orgullo.
“Ha llegado el momento donde platico con el Señor y le digo: ‘Señor, ya estoy cansada, no sabemos a dónde correr, no sabemos de dónde más agarrar cosas’. La gente ya no está apoyando para tener los insumos con los que preparamos los alimentos, viene por su comida y nos deja una ayuda, no se les cobra una cuota, esto apoya a la gente en situación complicada”, enfatizó. Asimismo, recordó que cuando comenzó la pandemia en 2020 el número de porciones incrementó, pues muchas personas se quedaron sin alimentos y se llegaron a contabilizar más de 300 raciones, pues las necesidades fueron muchas ante la crisis económica generada por el desempleo.
Agregó que las donaciones también aumentaron, pero actualmente esto ha disminuido ya que no cuenta con aceite, frijol, arroz, principalmente, para realizar los alimentos. No obstante, refirió que ha sido una experiencia maravillosa el apoyar a las personas en situación de calle, desempleadas e incluso para quienes perdieron a un familiar a causa del covid, ya que ahora cuentan con alimentos preparados en este espacio.
En su experiencia, compartió que forma parte de esta labor ya que a la edad de 12 y hasta los 15 años vivió en condición de calle, por lo que se alimentaba de las sobras que hallaba en los basureros: “Yo viví en la calle, me quedaba en los basureros, carros viejos y buscaba alimento, a veces andaba con las chicas que vivían ahí; ahí me crié y desde ese entonces me salió del corazón hacer esta labor por las personas, pero doy gracias a Dios porque mis dos hijos me apoyan. En lo personal no tuve ningún vicio y agradezco a Dios el cocinar y entregar la comida a quienes menos tienen”.
De esta forma, con una sonrisa y palabras de cariño, los asistentes al Comedor Palafoxiano agradecen a Martha que cocine para ellos, pues en muchas ocasiones en todo el día no han probado un bocado y este es su único alimento. El olor de una buena sazón hizo que el hambre se despertara, pues el menú de Viernes de Cuaresma es salsa de huevo, arroz rojo y frijoles con tortillas.
A sus 58 años y con todas las medidas sanitarias para protegerse del virus, Martha afirma que no se ha contagiado, por lo que agradece seguir en la cocina. Por último, solicitó el apoyo a los ciudadanos para donar proteína y despensa, ya que el Banco de Alimentos no todos los días le otorga insumos y recordó que el próximo 11 abril cumplirá cinco años de realizar esta actividad, por lo que actualmente se preparan 180 porciones.
AFM