Comerciantes de la Basílica esperan ventas de un 30 por ciento

Ante la poca gente, los vendedores confían en que aproximándose la fecha de la virgen se incrementen los visitantes.

Basílica de Guadalupe en Nuevo León. Foto: Leonel Rocha
Basílica de Guadalupe en Nuevo León. Foto: Leonel Rocha
Kevin Recio
Monterrey /

Los comerciantes aledaños a la Basílica de Guadalupe manifestaron que, a pesar de las bajas ventas, tienen la expectativa de vender por lo menos un 30 por ciento de la mercancía que producen.

Los vendedores de comida rápida, pescado frito, antojitos mexicanos, caramelos, churros, las llamadas espiropapas, y los merolicos de las colchas para el frío, solicitaron a los futuros visitantes a que apoyen el comercio local.

María López, vendedora de caramelos, empanadas y pescado, dijo que pese al covid-19, a lo largo del año se han mantenido de las pocas ventas, detallando que disminuyeron en un 70 por ciento.

“Yo aquí pago renta por temporada. Ojalá que los inviten a venir con todas las medidas necesarias, como están abriendo otros lugares que nos den permiso, y que sobre todo no nos cierren, sé que es mucho de la enfermedad, pero tenemos que trabajar para poder sobrevivir”.

López agradeció que las autoridades de Salud no ordenaron un cierre de los locatarios que viven del día.

La música grupera, las colombianas pero sobre todo las religiosas, chocan entre las calles que llevan a la Basílica, sin embargo, dentro del centro sagrado predomina el silencio, los rezos, el arrepentimiento y la oración.

Uno de los tenderos más conocido del ramo es Juan de Dios Herrera, creador de figuras católicas, quien dijo estar confiado en vender parte de su mercancía para subsistir.

Hace un año, agregó, las calles no se daban abasto por la cantidad de personas y peregrinaciones que ansiaban entrar al Templo, pero que también se enfilaban para comprar imágenes para que fueran bendecidas en misa.

“Esperemos que por lo menos tengamos un 30 por ciento de ventas, la verdad es que está muy solo, sobrevivimos del día, obviamente hay personas que vienen y se llevan sus caramelitos, vamos a suponer que del 100 por ciento que venían el año pasado, ahora solo viene el 5”, declaró.

Rosy, vendedora de churros, dijo que el 2020 generó un impacto económico en sus bolsillos, sin embargo, se mantuvo con la venta también de cubrebocas adornados.

Cabe señalar que los locales visitados cuentan con tapete y gel sanitizante, termómetro para checar la temperatura y en el caso de algunos restaurantes los meseros atienden con careta.


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