Recientemente el gobierno federal anunció que México comenzará a exportar energía eléctrica a Belice, para ayudar en el suministro. Esto, gracias a un acuerdo entre ambos Estados para ayudar a la suficiencia energética.
Sin embargo, se trata de un recurso especial, que a diferencia del petróleo, la comida o el agua, no puede ser transportado por barco, avión o en camiones, ¿cómo es que la energía eléctrica llega a otros países? Te contamos.
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¿Cómo se exporta la energía?
Para importar o exportar energía eléctrica a México desde una central extranjera se debe estar conectado al Sistema Eléctrico Nacional, además de contar con una autorización de la Comisión Reguladora de Energía.
Jonathan Díaz castro, de Servicios Aduanales Eximin, explicó en una entrevista a la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM), que por lo regular son empresas las que realizan este tipo de operaciones.
Para hacerlo, existe un circuito que está interconectado, por ejemplo, como el que existe entre Baja California y California, para regular y atender el alza en las demandas eléctricas de ciudades colindantes, aunque sean de diferentes países.
Para hacerlo, las empresas tiene que acreditar que cuentan con la capacidad técnica de infraestructura y financiera, así como la viabilidad de la operación. Asimismo, deben obtener la autorización del Servicio de Administración Tributaria (SAT) para importar bienes por cables o ductos, y para despachar mercancías por un lugar distinto a la aduana.
“El sistema de energía, los cables, hay un cable que es el que lleva la energía y se establece un medidor en el punto de cruce. Entonces, mensualmente se lleva así, como activan y miden tu energía eléctrica, pues también se mide (igual), nada más que son cantidades un poquito más grandes de energía. Se mide el consumo mensual, y con base en eso se efectúa un pedimento, donde se declara la cantidad de energía que se consumió”, explicó.
La importancia de la exportación
Este tipo de acciones benefician al suministro eléctrico entre países. Tan sólo en México, el consumo per cápita anual es alrededor de 2 millones 90 mil kilovatio por hora; de acuerdo con el Inegi, los hogares mexicanos tienen en promedio 1.3 focos de luz incandescente y se calcula que en todo el mundo existe cerca de 12 millones de focos.
“Uno va valorando cómo somos parte importante en la cadena productiva, porque esto que ahorita es algo común y corriente, ya sea agarrar energía de Estados Unidos o de México, que podría pensarse que en otro tiempo que no es posible el que sea posible permite las empresas manejar sus costos”, explicó Díaz Castro.
Estas estrategias ayudan a que se tengan menores costos para que las empresas y los gobiernos puedan incrementar su producto por unidad, así como la productividad del sector.
LP