La comunidad libanesa crea capital y fuerte arraigo poblano

La historia de esta colonia en Puebla data a inicios del siglo XX; empresas textileras se asentaron en tierras poblanas por lo que fue inevitable el intercambio cultural.

Don Pepe Yitani resalta los vínculos entre Puebla y la comunidad libanesa. (Melanie Torres)
El Centro Mexicano Libanés fue creado en 1967. (Melanie Torres)
La Moderna Casa Yitani ha surtido de telares, hilos, cierres y botones a las modistas y amas de casa desde 1917. (Melanie Torres)
El taco árabe es una herencia gastrónomica desde 1923. (Melanie Torres)
Angélica Tenahua
Puebla /

“El que no tenga un amigo libanés, que lo busque” es el lema de dicha comunidad, cuya primera generación llegó a México en 1870 debido a la opresión de los turcos y en busca de mejorar su calidad de vida. Sin embargo, el amor por el país hizo que se nacionalizara y que todo su capital económico se quedara en territorio mexicano, destacó el presidente del Consejo del Centro Mexicano Libanés, José Yitani Maccise, Don Pepe, como se le conoce.

En entrevista con MILENIO Puebla, compartió con orgullo tener descendencia libanesa con nacionalidad mexicana, pues destacó que el amor que tuvieron sus antepasados por migrar al territorio mexicano hizo que más de cinco generaciones formaran una familia y negocios.

El también empresario narró que los primeros libaneses llegaron a América y se asentaron en países como México, Brasil, Argentina y Estados Unidos, sin embargo, a principios de 1900 se contó con el mayor número de migrantes.

“De 1900 a 1950 es cuando se dio más la migración, no se tienen datos precisos, pero en la colonia libanesa, de los primeros en llegar pocos viven, pues ya están las nuevas generaciones y actualmente en Puebla hay más de 20 mil libaneses”, puntualizó.

Crecimiento desde la industria textil

José Yitani Maccise comentó que los provenientes del Líbano contaron con un apoyo importante para establecerse en Puebla, pues llegaban al territorio a través de los barcos al Puerto de Veracruz. Por ello, un personaje muy importante para la historia de esta comunidad fue Domingo Kuri, quien desde el puerto solicitaba los datos de los libaneses para llevar un registro de los que ingresaban, sin embargo, lo más importante era que si no contaban con algún familiar en el país, se les brindaba un apoyo económico para establecerse en el estado que eligieran.

“Había una persona libanesa que se llamaba Domingo Kuri, que vivía en Veracruz y él tenía información de la comunidad que iba llegando y en qué lugares decidían vivir. Por los años 1920, cuando llegó un barco de Marsella y sin conocerlos, los ayudaba”, destacó el empresario en Puebla.

Asimismo, explicó que la primera actividad de los habitantes del Líbano en México fue el comercio y después ingresaron en la industria textil, por lo que cumplieron con su objetivo de mejorar su calidad de vida.

“El 99 por ciento de los libaneses adoptó la nacionalidad mexicana y siempre quiso y dio su vida por el país, porque siempre le abrió las puertas y decidieron que todo su capital que generaron se quedara aquí”. Resaltó que en 1940 empezaron a resurgir fábricas de textiles exitosas, las cuales se convirtieron en las más importantes del país.

Dentro de las familias que destacan se encuentran: Budib, Abed, Hadad y Chedraui, por lo que por más de 50 años se mantuvieron con este sector industrial y aunque actualmente no están el auge por la liberación de mercancía importada, muchos empresarios luchan para mantenerse en el sector textil y compiten a nivel internacional.

Posterior a esta época de bonanza, la colonia libanesa decidió invertir en la educación de sus descendientes y, actualmente, se dedican a la construcción, boneteras y algunos son profesionistas con éxito.

Actualmente, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, destacó que en su gestión existe un deseo ferviente para que haya un estado cada vez mejor; por ello, anunció el hermanamiento con diversas ciudades de ese país.

En este tema, indicó que en Puebla han existido gobernadores, alcaldes, senadores, diputados federales y locales de origen libanés, como es el caso de Plutarco Elías Calles, quien fue presidente de México y fundador del PRI; Antonio Gali Fayad, ex gobernador y ex edil, así como José y Enrique Doger, entre otros políticos.

Maquinaria textil, un ejemplo para AL

Fuad Abed Halabi llegó en 1928 a Veracruz en un barco con sus sueños, en busca de una mejor calidad de vida, por lo que en 1932 guardó sus estudios y su profesión como maestro de la Universidad Americana de Beirut en una caja de zapatos para establecer su primera tienda de telas en el entonces mercado de La Victoria, en la 3 Norte número 604.

“Mi padre rompió con su pasado de profesor y de cultura. Metió en una caja de zapatos sus títulos universitarios, porque descubrió que si no tienes un centavo no vales nada y de nada sirve tu cultura, por ello trabajó día y noche sin descansar”. Años más tarde, tras comprar telas en la fábrica Patriotismo, pasó de comerciante a fabricante, señaló en entrevista Julián Abed Cesin, hijo del ícono de textileras.

El primogénito de 12 hijos del matrimonio conformado por Fuad Abed y Enriqueta Cesin, originaria de Ciudad Serdán, señaló que la vida familiar comenzó en la calle 2 Oriente número 407 del Centro Histórico.

Al paso del tiempo, la fábrica de textiles, la más moderna de la entidad “Abetex”, generó más de mil empleos por varias generaciones de poblanos y tlaxcaltecas. Debido a su éxito, también se estableció en Tlaxcala, pues fue en Panzacola donde se instaló la fábrica más grande de la familia.

“No fue fácil (para mi padre) educar a 12 hijos, pero nos brindó buena educación (…) Su lucha fue incansable, pues le tocó modernizar la maquinaria y convirtió la textilera en una fábrica robotizada que fue ejemplo para América Latina”, expresó.

Llega primera computadora al estado por un Abed

Julián Abed, con el grado de la Academia Mexicana del Derecho del Trabajo, estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Puebla (UAP). En 1979 decidió poner distancia con sus hermanos, por lo que su menor Fuad Abed continuó con el negocio familiar, pero esto hizo que fundara su empresa de tecnología Spersa, ubicada en la Recta a Cholula.

“Firmé el primer contrato de distribución de computadoras personales con Fuller Packard el 28 de marzo de 1980, traje la primera computadora a Puebla; era predicar en el vacío pues en el estado las veía la gente, pero no entendían el concepto de una computadora personal”, destacó el entrevistado.

Ante este panorama, comenzó su camino en el sureste del país para ser uno de los mejores distribuidores a nivel nacional y construir un edificio de forma de pirámide, donde años más tarde su empresa dio un giro para brindar servicios de tecnología.

La Moderna Casa Yitani, favorita de los poblanos

Desde 1917, la Moderna Casa Yitani, creada por Jorge Yitani, un joven libanés, ha surtido de telares, hilos, cierres y botones a las modistas y amas de casa, por lo que se coloca como uno de los negocios familiares más prósperos y representativos para Puebla. Actualmente, en el establecimiento ubicado en la 2 Poniente se encuentran las telas más finas y de excelente calidad mejor, la cual forjó su éxito ya que el padre importaba las mejores telas y materiales de todo el mundo y los 11 hijos se encargaron de brindar el mejor servicio.

Centro Mexicano Libanés, un espacio para todos

Don Pepe Yitani, destacó que el Centro Mexicano Libanés fue creado en 1967, gracias a la idea de los empresarios que en su mayoría fueron de las primeras generaciones en llegar a Puebla, para que las familias realizaran reuniones los fines de semana y convivir, además de practicar deportes; sin embargo, al detectar que se trataba de un espacio de armonía, los poblanos decidieron acercarse y convertirse en socios, por lo que no hubo discriminación.

“El libanés es católico y amigable, no hace distinción y acepta a todos y apoya de manera incondicional y salieron muchas bodas, por ello hacer honor a la frase: ‘El que no tenga un amigo libanés, que lo busque’”, resaltó.

Aunado a ello, en el Centro Mexicano Libanés los poblanos pueden disfrutar de la comida tradicional: el pan árabe, berenjena libanesa, garbanza, tabbouleh, kepe, jocoque, hummus, keppe chaoral, keppe en bola, dedos de novia, pepenague, entre otros platillos.

Tacos árabes, una herencia gastronómica

En 1923, Zayas Galeana, quien con motivo de su próxima llegada a tierras mexicanas, en específico a Puebla, vio en el terreno gastronómico un negocio para subsistir en un país ajeno al suyo. Sin embargo, debido a los contrastes culturales, aunado al desconocimiento de la pita y la falta de costumbre a la condimentación oriental, la introducción del taco árabe al mercado mexicano no tuvo el auge que esperaba.

Galeana, junto con la ayuda de su esposa, Esperanza Antar, adaptó la conocida receta a las singulares costumbres y sazones mexicanas, imprimiendo su distintivo toque casero y cambiando el ternero por la carne de cerdo, por lo que la taquería ya formal tuvo el nombre de “Tacos Tony”.

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