Entre cerros y montañas se esconde la comunidad Llano Grande; donde alejados de la ciudad y de la educación, algunos padres de familia tienen que caminar hasta por más de 40 minutos y dos veces por semana para resolver dudas con los maestros.
El camino que conduce a la comunidad desde hace un mes se ha tornado complicado debido a que se encuentran realizando obras de rehabilitación, no hay transporte, no hay señal, mucho menos internet.
"Realmente no tenemos una conectividad mediante lo digital, se les complica", platicó Luis Arturo Barajas líder para la educación comunitaria de Llano Grande.
A falta de maestros, anteriormente con pocos conocimientos los padres de familia tomaban el papel de docentes, con el paso del tiempo les asignaron docente de la misma comunidad, pero a falta de experiencia la exigencia cambió al contar con personas mejor preparadas.
"Todo ha sido difícil, los niños en la casa no quieren aplicarse igual, por ejemplo al de primaria no le gustan las matemáticas, batalla y es difícil hacerlo, ellos quieren estar con los maestros", platicó Evelyn Hernández, madre de familia.
Con ayuda de cuadernillos es como se guían en el resto de la semana, pero, no es suficiente, en ocasiones les piden investigar temas y no tienen cómo recibir la información.
"De repente nos mandan archivos, pero no tenemos cómo recibirlos, no tenemos celulares indicados para abrirlos. Ya si quieren que entremos a una página de internet no lo hacemos porque no tenemos acceso. Nos guiamos en libros en físico, que no los tenemos todos porque no les han llegado dicen", comentó María del Rosario Negrete, presidenta de padres de familia.
En esta comunidad son cerca de 100 los habitantes, la mayoría se dedica a la agricultura, mientras otros laboran en distintos trabajos en la ciudad. Con el pasar de los años, cada vez más personas suben por el cerro, lo que ha convertido su lugar en un entorno inseguro.
Jimena de 10 años, cursa el quinto de primaria en esta escuela multigrado, donde debe compartir aula con niños de otros niveles, apenas y se acostumbra al sistema, dice es difícil ahora que no puede ver diario a su maestro.
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"Se me hace complicado porque por libros no se aprende los mismos que cuando estas con maestros. Ellos nos avisan cuando vienen. A mí se me dificulta poder entender matemáticas", indicó la estudiante.
Cada que llegan a la escuela, esperan gustosos a los dos profesores uno que imparte preescolar y el otro primaria, por ahora deben esperar dos veces por semana para recibir asesorías presenciales, donde la educación avanza lento y a kilómetros debido a la brecha digital.