Productores de rompope en Mazamitla acusan a las autoridades de darles el “tiro de gracia”, ya que las ventas de menudeo y mayoreo prácticamente cayeron, luego del exhorto de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal) a no consumir bebidas artesanales en cuya composición intervenga el alcohol en cualquier graduación.
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La medida se tomó a fin de evitar más intoxicaciones de alcohol por metanol en la zona sur de la entidad.
“De por sí, no abrimos por el tema de la epidemia (por el covid19) y ahora con esto”, reprochó Carlos Eduardo Chávez Ochoa, fabricante de la bebida que más se consume y se comercializa en Mazamitla, Jalisco.
¿Qué le dicen? “Pues dudan, porque la gente se está muriendo aquí por el alcohol, pues cómo no van a estar asustados, hasta yo, pero si nosotros tenemos la confianza y certeza de que el alcohol está certificado y que lo podamos consumir, ¿por qué no seguir vendiendo el producto?”, cuestionó Chávez.
Por ejemplo, él envía rompope y cremas de licor al municipio de Chapala pero “no lo quieren y hasta les sabe mal; el distribuidor ya no quiere el producto, pero que vamos hacer, pues cerrar”.
De acuerdo con Chávez Ochoa, en el municipio existen al menos ocho fábricas de rompope, más los pequeños negocios que se sostienen de la comercialización de la bebida artesanal. “De aquí vivimos muchas personas no nomás estoy hablando por mí”.
El llamado de Coprisjal también incluye el no consumir ponche, cremas o licores, así como dulces, entre ellos gomitas y borrachitos. Sin embargo en los establecimientos los productos se mantienen en exhibición.
“El 90 por ciento de los que vendemos es rompope, no de abarrotes y tequila, es más bien rompope y los ponches”, dijo Mayra -una joven que atiende un comercio de la plaza principal de Mazamitla- quien consideró que “aunque den el permiso (para venderlo), yo no creo que la gente lo vaya a consumir tan fácilmente, ahora sí que todos estamos alarmados con eso”.
Mientras el también director de la empresa Productos Lácteos Artesanales de Mazamitla, Carlos Eduardo Chávez Ochoa, sostuvo que el Gobierno del Estado “no ha tomado las precauciones de ver el origen de donde salió el producto (adulterado), pero si es conveniente que vea primero el origen antes de pegar el golpe a los productores que somos artesanales”.
Esta empresa produce al mes mil 500 botellas de rompope de diversos sabores, además de cremas de licor y dulces.
Los clientes, insistió “tienen miedo de consumirlo y no confían, aunque les mande la certificación (del alcohol que utiliza), no confían en que se pueda beber este tipo de producto”.
JMH