Con jabón y agua, empleados de limpia 'luchan' contra coronavirus

Los trabajadores se enfrentan al virus todos los días, al tener que mantener desinfectadas las áreas de alto riesgo de contagio en los hospitales de la Ciudad de México.

Los trabajadores de limpia son los encargados de mantener desinfectados los hospitales. | Vanessa Job
Vanessa Job
Ciudad de México /

Andrea, una trabajadora de limpieza, se arma todos los días con jabón, cloro, agua, fibras y jergas, con la misión de desinfectar las zonas de alto contagio de coronavirus covid-19 en un hospital de la Ciudad de México.

Ella y sus compañeros son los otros héroes de la pandemia, ya que conforman el primer muro para contener el virus en las instituciones de salud, con la finalidad de prevenir que el personal médico se contagie y asegurarse de que los residuos sanitarios peligrosos se desechen correctamente.

Trabajan jornadas de ocho horas, seis de ellas dentro de las zonas de alto contagio usando mascarillas médicas, de esas que se clavan en la piel y hacen más difícil respirar.

“Trabajar con esta mascarilla no es nada fácil, te falta el aire. Uso mis guantes rojos (los típicos para lavar trastes) y debajo de estos tengo dos pares de guantes más. 
"Los googles no te permiten una visibilidad perfecta y eso que yo le invertí en unos buenos. Además doble gorro y estas botas para cubrir mi calzado. De verdad que es un calor agobiante”, dijo.

Por el equipo de protección que siempre usa, los pacientes no conocen el rostro de Andrea, nunca han visto la forma de su nariz, su boca ni el color de su cabello, pero si la ven de aquí para allá con su trapo limpiando las camas, aparatos y barandales.

“Así pasamos la jornada aquí entre pipetas, patos, jergas, basura, pañales”, cuenta Andrea mientras limpia los cómodos que usan los pacientes con coronavirus para levantarse e ir al baño.

La trabajaodora contó que cada día es un reto físico y emocional, ya que por su seguridad, no pueden quitarse el equipo, comer, beber agua o ir al baño durante toda la jornada.

“Es nuestra parte para ayudar a que todo esto mejore. Somos los que tenemos que entrar primero, antes que enfermeras, que los médicos y somos los que salimos al final para asegurar que todo quede limpio”, dice la mujer que tiene dos hijos.

De vez en cuando se da cinco minutos para descansar, pero en esta ocasión los aprovecha para grabar un video con un mensaje dirigido a quienes dudan del virus, a pesar de los casi 16 mil personas que han fallecido en México.

“Yo sé que para muchos esto es una burla, una pantomima, pero la realidad es que no, esto sigue y sigue y va a seguir por mucho tiempo porque no podemos entender cuando nuestras autoridades dicen ¡quédense en su casa!”.

Después de ocho horas de batalla, Andrea, exhausta y sudada sale de las zonas de alto contagio para darse una ducha en el hospital y librarse virus que pudiera haberse colado por el equipo de seguridad. 

Es entonces cuando puede comer el refrigerio que le dan en el hospital y pensar en llamar a sus hijos para saber cómo están.


FLC

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