En El Arenal, donde se mata por gusto, ni el coronavirus asusta a sus habitantes

El 26 de julio, el gobierno de Ciudad de México incluyó a El Arenal en la lista de las 36 colonias con más contagios de coronavirus. Busqué a algunos conocidos y entendí que sólo era cuestión de tiempo de que la pandemia llegará a mi barrio.

En las colonias de CdMx con más contagios se han instalado kioskos para realizar pruebas de covid-19. (Facebook | @SSaludCdMx)
Editorial Milenio
Ciudad de México /

Por el rumbo del metro Pantitlán hay un barrio donde siempre he sentido que el último minuto de mi vida está esperándome al doblar la esquina. Bien que lo conozco porque de allá soy. El Arenal. Debajo de mi máscara adulta, sigo siendo código postal 15640. El Arenal Cuarta Sección. 

Queda a una calle del fin del mundo, frente a un canal entubado de aguas negras, justo encima de un vasto terreno que cuando llegamos a poblarlo en los setentas era un arenal que en tiempos de lluvia arrastraba toneladas de lodo, dejando la sensación de que a nosotros nos llovía mierda

En El Arenal se crece en contra de todas las probabilidades y, por ende, en contra de las leyes. En el Arenal se cree que la carrilla y el valemadrismo son deberes humanos. En El Arenal se le considera una ciencia exacta al chisme;  al futbol, alcohol y activo se les da trato de santos o de símbolos patrios. En El Arenal matan por el puro pinche gusto de matar.

La pandemia llegará a mi barrio de la infancia 

El pasado domingo 26 de julio, el gobierno de Ciudad de México incluyó a El Arenal en la lista de las 36 colonias con más contagios de coronavirus. Aquel día tenía apenas seis casos (la actualización del 30 de julio marca ya 11 casos), pero ese aparente pequeño número representaba el 102.3 de casos activos por cada cien mil habitantes. Entonces busqué a algunos conocidos y, después de hablar con ellos, entendí que sólo era cuestión de tiempo de que, oficialmente, la pandemia llegará a mi barrio de la infancia y juventud.

Tampoco se sabe que hayan muerto por esta chingadera

La raza está sacada de onda, wey, —me cuenta LM, un comerciante que lo que no sabe, lo inventa—. Hace meses, cuando se estaba muriendo más gente de lo normal, ninguna autoridad vino y, ahorita que está más relajado, nos quieren cerrar, wey. Sí, wey, se han muerto varios. Unas quince personas o más. Pero tampoco se sabe que hayan muerto por esta chingadera del covid.

Aquí nadie se asusta 

Los difuntos del tianguis, que han sido varios, eran gente que ya de por sí estaba enferma de cirrosis, diabetes, cáncer, de infartos, wey. ¿Te acuerdas de doña Raquel, la mamá del Tito? Dicen que se murió de la diabetes, wey, y a la semana falleció su esposo de un infarto. También se murió Sergio Grijalva, el médico de los pobres, wey. Bueno, no era doctor, era boticario, pero ya ves que la gente le tenía fe. Él ya andaba muy malo desde el año pasado, se fue a morir a Puebla. Yo pensé que la gente se iba a asustar por la muerte de Sergio, pero nel, wey, aquí nadie se asusta.

Andan hablando de otros fallecidos: el de un chavo que estaba más gordo que yo, wey, y que según esto le dio un paro; el de otro chavo que andaba haciendo sus prácticas en un hospital de por allá por Tlalpan; otro fue el de uno que le decían El Barras; y el de un doctor que, según esto, estaba intubado desde marzo.

Creo que hay mucha desinformación 

A mí nomás me constan el de un viejito, don Menche, que vivía por el Conalep, y que sí se murió por covid; el de mi vecina y el de su hermano, wey: a ella le dio un infarto mientras esperaba la consulta en el Seguro, y él se infartó en su casa. Te digo porque mi chava es amiga de la familia. Otro vecino, que trabajaba en DHL, también 'chupó faros', pero ese sí quién sabe de qué. El wey estaba fornido, lo veías sano. ¿Ora imagínate yo? Creo que hay mucha desinformación, wey, porque los del gobierno ni siquiera dijeron cuál Arenal. O sea, suponemos que es aquí porque en el mapa del covid estamos en azul.

"Parece como si fuera a venir el ladrón del alcalde con la prensa"

Vecina trabaja en el mercado y, este jueves 30 de julio, a los locatarios les avisaron que aquellos negocios que no sean indispensables tendrán que cerrar desde ya. El resto tendrá que someterse a medidas higiénicas que casi nadie ha seguido durante la pandemia.

“Hoy, a las 4, van a cerrar el mercado. Ayer vinieron a sanitizarlo, a limpiarlo, a pintarlo, hasta parece como si fuera a venir el ladrón del alcalde con la prensa”, me cuenta Vecina.

Aquí las familias salen al tianguis y al mercado a pasear

Vecina me dice que los ambulantes alrededor del mercado fueron desalojados “por las buenas” y en los próximos dos domingos no habrá tianguis. “A ver si no hace falta la comida en las siguientes dos semanas”.

—Vi un video del tianguis y parece que no se entiende qué es la sana distancia —le digo.

—Somos como un pueblo, acuérdate. Aquí las familias salen al tianguis y al mercado a pasear. Hasta se llevan al perro.

Vecina ya ubicó a la gente del gobierno de la ciudad por la colonia. 

“Unas señoras con chaleco verde andan de casa en casa, diciendo que podemos ir a hacernos la prueba; el módulo está por el Parque de las Palomas, donde estaba la punta del avión. Yo voy a ir porque dicen que es gratis”. 

Acá las cosas siguen igual

De vuelta con LM:

¿Que si la gente se cuida? Wey, no te olvides que aquí viven los hijos de don Chinguetas. Mucho cabrón anda sin cubrebocas, poniéndose pedo en la calle, organizando fiestas. El fin de semana, hacia la salida a Las Bombas, festejaron a una niña y los papás alquilaron un trampolín

Los peores son los de casitas. ¿Te acuerdas de casitas, wey? Puro malandro. Ya ves que la Ruth Zavaleta y el cártel de los Moreno (el alcalde de Venustiano Carranza y su familia) tienen negocios en casitas. Bueno, pues en casitas organizaron un torneo de futbol, wey. Dicen que ayer fue la final, que se jugó a las 4 de la mañana y debieras ver cómo está el deportivo: un chingo de rucos, con sus hijos, jugando todo el santo día, valiéndoles madre. El martes empezó el torneo de futbol rápido. Yo fui a ver a mi sobrino.

En fin, wey, a ver cuándo vienes a darte una vuelta al barrio. Acá las cosas siguen igual.

jlmr

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