Corona de espinas, tradición en San Martín de las Flores

Benito se encarga de manufacturar las dos coronas de espinas necesarias para el evento, una que se exhibe durante la Semana Santa y otra que se usa en la pieza dramatúrgica

Benito Reyes Bañuelos, oriundo de San Martín de las Flores (María Ramírez)
María Ramírez
Guadalajara /

Benito Reyes Bañuelos, oriundo de San Martín de las Flores, ha personificado el papel de segundo ministro por más de una década en la Judea de dicho poblado de Tlaquepaque. En sus primeros años participó en la obra sacra como parte del pueblo y como soldado. Su hermano y sus tres hijos también han sido parte de ello, lo que lo ha impulsado, a través del tiempo, a tomar parte con mayor devoción.

Este personaje, el de segundo ministro, es quien coloca la corona de espinas a Jesucristo en la representación religiosa. Además de darle vida a esta figura de la historia, Benito se encarga de manufacturar las dos coronas de espinas necesarias para el evento, una que se exhibe durante la Semana Santa y otra que se usa en la pieza dramatúrgica y que al final queda en manos de aquel que representa a Jesús.

“Ya estaba empezando a procesarse la corona que hice para esta ocasión, como este año no vamos a participar (en la Judea), nomás ahí quedó”, comenta Benito.

Ambas coronas suelen ser de aproximadamente 5 centímetros de grosor y son elaboradas con huizache, planta que originalmente se podía encontrar en San Martín de las Flores pero que desde hace alrededor de un lustro, por su escasez, ha tenido que conseguirse en el municipio de Tonalá.

Según lo que refiere el mismo hombre, la confección de las coronas no es asunto sencillo, dado que quien las hace se espina mucho en el proceso y tarda casi medio día en hacer solo una.

Este año, ante la suspensión de la Judea por la contingencia sanitaria por covid-19 que atraviesa el país, Benito hizo solo una corona con el fin de mostrarla ante Milenio Jalisco y a manera de no perder su entrañable tradición.


JMH

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