No todas las carnicerías del Mercado de Atemajac cuentan con las medidas preventivas que garanticen inocuidad para los consumidores ante la pandemia de Covid-19. La mayoría de estos comercios tienen la carne expuesta a la intemperie, sin embargo, otros locales, si cumplen con el resguardo de la res.
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“Había mucha incertidumbre de que se fueran a cerrar mercados, entonces las autoridades nos dijeron que si hacíamos las cosas bien pues el mercado seguía funcionando, porque esto es un centro de abasto para toda la gente”, comentó Jorge Jiménez, carnicero.
No todos los puntos de venta de carne del interior del Mercado de Atemajac se encontraban abiertos, algunos tomaron la decisión de cerrar debido al paro de actividades por la enfermedad del coronavirus en el estado, mientras que otros fueron testigos de las compras de pánico.
“La semana pasada, hubo compras de pánico, la gente se aglomeraba aquí adentro en el local y optamos por darles fichas para que ingresará uno por uno y así mantuvieran las distancia entre ellos de metro y medio” añadió el comerciante.
Otros de los productos que no cuentan con algún tipo de medida para evitar el contacto con el ambiente es la venta del pan dulce y bolillos.
“Tratamos de ponerles como un plástico encima para que se estuvieran como protegiendo un poco, pero a la gente se le hace muy incómodo estar moviendo el plástico y estarlos agarrando. Entonces optamos por mejor quitarlo y se están utilizando pinzas, igual a la gente no se le permite que agarre el birote sin la pinza”.
De acuerdo con la versión de los comerciantes este tipo de acciones han sido adoptadas por todos ahí, es como una tradición para ellos tener la carne y el pan a la intemperie.