Esta pandemia le ha demostrado a la humanidad que el hombre es impotente a la muerte, y tiene que aceptarla, así lo señaló el Arzobispo tapatío, José Francisco Robles Ortega, durante la misa dominical realizada por segunda semana a puertas cerradas en la Catedral Metropolitana de Guadalajara.
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“El hombre es realmente impotente ante la fuerza de la muerte lo estamos comprobando con este mal que nos aqueja últimamente, la lucha por conseguir una vacuna de parte de la ciencia, la lucha de los médicos enfermeros y de todos los encargados de la salud por salvar vidas, la falta suficiente de instrumentos y de lugares adecuados y de medicamentos hacen que quede claro que quede evidente que el hombre es radicalmente impotente ante la fuerza de la muerte después de todos los esfuerzos e intentos bienintencionados al último el hombre queda impotente y sólo le queda llorar ante la muerte”.
Asimismo, Robles Ortega, llamó a reflexionar sobre la necesidad de ser promotores y defensores de la vida y desechar todo aquello que significa muerte.
“Ojalá hermanos y hermanas que con toda humildad ante los acontecimientos que estamos viviendo a nivel mundial esto es a nivel mundial que ante estos acontecimientos reflexionemos y retomemos nuestra vocación y nuestro destino qué es servir a la vida, hacer florecer a la vida, hacer fructificar la vida humana que este acontecimiento haga reflexionar a nuestras autoridades a todos los niveles a todos los grupos sociales a todas las familias a cada individuo a cada persona nos haga reflexionar que nuestro Dios el que nos hizo el que nos puso en esta vida es un Dios de vida y no de muerte".
Durante esta misa, el cardenal metropolitano pidió por todos los enfermos, sus familias y las miles de personas que han perdido la vida a causa del Covid-19 en el mundo.
JMH