Luego de que debido a la pandemia por covid-19, miles de personas se quedaron sin empleo, buscando en distintos lugares del país cómo llevar sustento a su familia; un grupo de laicos y religiosos de las inmediaciones de la Terminal de Autobuses de Observatorio en la Ciudad de México, decidieron apoyar a quienes más necesitan brindándoles cada tercer día un "plato de esperanza".
Josefa, quien desde su juventud es pepenadora y con lo poco que gana ayuda a su hijo y nuera embarazada, cada tercer día desde el mes de mayo se forma en la larga fila que se hace afuera de la terminal, para así poder tener una mañana distinta a las demás para ella y su familia con quien comparte la comida.
“Siento bonito, tranquilo más bien porque ya dice uno ya tiene uno que comer al día aunque sea una vez al día, ya tiene algo, no se queda con la panza vacía” comentó Josefa.
Así como ella, son al menos 150 personas más que se forman con las manos estiradas para recibir un plato de comida, quienes de acuerdo con el padre párroco Alfonso Martínez, en su mayoría son desempleados, pero para ellos, no importa el porque se junten en la fila cada martes y jueves en punto de las 12 del día, ya que para ellos, todos son iguales y merecen ser apoyados.
El proyecto que actualmente cuenta con el apoyo de 4 iglesias, fue fundado por María Guadalupe, quién desde el inicio de la pandemia comenzó a ver la necesidad de aquellos que por diversos motivos se encontraban en la central, por lo cual junto con su hijo comenzó a repartir 30 tortas al día, pero al darse cuenta que no daba abasto decidió hablar con el párroco de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, quien atendió a su inquietud y comenzaron con esta iniciativa hace más de 4 meses.
“El ver el hambre y la falta de alimento que tienen y el no poder yo participar para invitarles a todos me hizo comunicarle al párroco que necesitaban unas personas alimentos” detalló.
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Actualmente dentro del proyecto le ayudan alrededor de 30 voluntarios, algunos, que al igual que los beneficiarios han tenido que sufrir la falta de trabajo debido a la pandemia; entre ellos se encuentra Guillermo Soto, quien al inicio de la pandemia perdió su trabajo y través de esta iniciativa ha encontrado la manera de ayudar a quienes viven una situación similar a la suya.
“Yo creo que es la caridad, dentro de la pandemia yo también quede desempleado… es el amor hacia el hermano de ayudar de apoyar, más allá de juzgar a la gente y decir porque no ahorraste, porque no juntaste dinero, cuando más uno necesita nos damos cuenta quien está con nosotros” comentó.
Pese a que cada vez la actividad económica se está reanudando dentro de la capital y a nivel nacional, la congregación aseguró que seguirán con su causa mientras este dentro de sus posibilidades, para así no dejar desamparados a quien en este momento de crisis más lo necesitan.
grb