Hacer tarea, la batalla que padres de familia libran con hijos ante covid-19

Padres y madres de familia relatan el proceso de realizar las actividades escolares con sus hijos durante la cuarentena por el coronavirus en México, que se extendió hasta el 30 de abril.

Padres de familia cuentan su experiencia de hacer la tarea con sus hijos. (Cuartoscuro)
Monterrey /

Claudia explica con cierta amargura: “Me da pena decir que yo batallo mucho, ya se imaginarán, con dos hijos... de repente ya los encuentro agarrados, peleando hasta por unos colores”.

No solo ella. Batallar es la palabra clave con la que madres y padres regios describen su nueva tarea de ser maestros, ahora ampliada hasta el 30 de abril. De un día para otro asumieron la educación escolar de sus hijos. Es el momento de involucrarse, consideran, pero no estaban listos, ni ellos ni las escuelas: la epidemia los pescó fuera de lugar.

Igual que Claudia, Adriana “batalla” para que su hija de primaria complete sus actividades. Ambas son madres de escuelas públicas, pero hoy público o privado no significa nada. La pobreza de recursos, expresada de muchas maneras, parece ser el común denominador en este inesperado regreso a casa.

“En la escuela nos compartieron un calendario... y así es como le estamos haciendo”, comenta Adriana. Cada plantel educativo, de todo nivel y todo tipo, hizo lo que pudo. “A mí me dieron actividades para Elías”, informa Valeria, su mamá: “son diarias y se las pongo en las mañanas; también el maestro de inglés le pidió repasar en la app Duolingo”.

Humberto es papá de Diego. “Le mandaron sus tareas por semana, cuatro paquetes” y lo demás lo está tomando en sus clases por la tele” dice. Carmen, por su parte, comenta que sus hijos utilizan PruébaT, la plataforma de la fundación Carlos Slim, “y las clases por televisión”.

Karla está a cargo de su hijo de primaria: “Le mandan las tareas de la semana de las clases de inglés y español, pero las tiene que hacer por día y de 6 a 8 pm tengo que mandar foto de las tareas al correo de la maestra. Las tareas las bajo de la plataforma de la escuela y los libros los ven en la de AMCO (plataforma internacional de inglés)”.

Caro también entrega fotografías: “les envían las actividades diarias y nosotros enviamos foto antes de las seis para calificarlas”. Mara, madre de Marcela, reporta un estilo diferente: “A nosotros nos irán pasando las actividades los lunes para entregarlas los viernes; yo decido en qué orden ponérselas poco a poco en la semana, divido las actividades y... pues lo que tarde en hacerlas”.

Estudiantes realizan sus tareas de acuerdo con calendarios. (ArchivoEFE)

Los resultados son diversos en cada vivencia. A algunas familias les va, a su propio parecer, bien, o más que bien. “Gracias a Dios, no he batallado con Marcela para que las haga”, continúa Mara. Y también es el caso de Gloria: “Yo tengo a Brian en primaria”, dice, “se está despertando a las ocho y tiene reglas qué seguir. Está consciente de que no son vacaciones. Lo primero que hace es bañarse y desayunar, después se encierra para hacer su tarea del día. Si termina tiene derecho a ver sus películas favoritas”. 

Con su hija de primaria, Nidia tampoco tiene problemas. Pero sí con su hijo, que ya está en secundaria. Ella explica: “A mí me enviaron las actividades de Sofi de dos semanas por escrito y ella las está haciendo el día que le corresponde: además hace lo de televisión, dice que le sirve de repaso. Con ella no batallo. Al contrario, le gustan las clases así”.

Con su hijo, la experiencia es distinta. Sigue Nidia: “En cambio con el de la secu... ese niño cree que sí está de vacaciones y no quiere hacer nada”. Una cosa la mantiene tranquila: “La ventaja de los míos es que toda la tarea la van a entregar cuando regresen”.

Los testimonios de la batalla educativa abundan. Es un combate entre padres e hijos que termina fatigando a las dos partes y tensando las relaciones. Dice Mariana: “A mí niño le dieron el libro de actividades y hace dos hojitas por día. Se distrae fácilmente y repela de que no quiere, aunque al final sí las hace”.

Otros padres sienten ir ganando la lucha. “A Germán la maestra le manda su tarea por Whatsapp”, aclara su papá, Armando. A veces es mucha y a veces poca, pero sí la hace, de repente con su cara de enojado, pero la hace porque la hace”.

“A veces batallo para que haga las tareas” comenta Arturo de su hija Lorena, “pero si eso sucede le escondo su tablet. Duele ponerles castigos a los hijos pero es parte del show. Así como les cumplo los castigos, también les cumplo los premios”.

Padres de familia ayudan a sus hijos con las tareas durante la cuarentena. (Archivo Cuartoscuro)

Las batallas por las actividades son también luchas contra los celulares, las tabletas, la televisión y, en general, las pantallas que ahora son también las herramientas de la educación. Igual que Arturo esconde la tablet de Lorena, Nidia castiga el teléfono: “Tengo que estar sobre de él, si no, no hace nada. No lo dejo usar el celular y así...”, asegura.

“Matías... mega chiflado”, se queja Cristina, su mamá: “solo quiere jugar y ver tele. Estoy batallando mucho con él. No quiere hacer las tareas que le mandaron. Cuando logro sentarlo dura poco y empieza a distraerse”.

Los padres que ahora son nuevos maestros se intercambian recomendaciones, que van desde dejar claro a sus hijos-alumnos que siguen en clases, ponerles un horario para levantarse, asearse y desayunar, asegurarse que entienden la actividad escolar, ser firmes, premiar el trabajo bien hecho. Xóchitl incluso envía un consejo: “Haz una cartulina con horarios y si cumple le pones estrellita. Si llena todo de estrellitas por día, le das una pequeña recompensa”.

Más allá de la cara que tenga el enemigo en cada momento, teléfono o televisión o lo que sea, para Elena, mamá de Elisa, en el fondo “lo más difícil es manejar las emociones: que los niños tengan ánimos de seguir haciendo tarea, aunque no vean a sus compañeros... Elisa, está triste porque no va a celebrar su cumpleaños con ellos”.

EB​

  • Luis Petersen Farah

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