Todos los días, la sala de Gloria Larrañaga se vuelve un estudio de grabación. Por al menos una hora diaria, micrófono, bocina, tablet y tripié desplazan los muebles de la casa para poder impartir vía remota la clase de Zumba que hasta antes de la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2 daba dos veces al día en un estudio en la colonia Portales, en la Ciudad de México, rodeada de la energía y el alboroto de sus entusiastas alumnas.
Las medidas de distanciamiento social establecidas ante la emergencia sanitaria por el covid-19 buscan frenar los contagios de la enfermedad surgida en Wuhan, China, a finales de 2019; sin embargo, también paran los ingresos de miles de mexicanos que como Gloria, tienen su fuente de trabajo en actividades que requieren contacto social.
Zumba sin salir de casa
Antes de que el país entrara en la Fase 2 de la pandemia, Gloria comenzó a notar la disminución de asistencia a las clases de Zumba: de las 45 alumnas que acudían al estudio de baile, empezaron a llegar máximo 10.
El cambio a Fase 2 fue la señal de alarma para ella, quien decidió suspender las actividades presenciales. Impulsada por su esposo, que de un día para otro se convirtió en su productor, dedicó una semana a probar plataformas para transmitir su clase y monitorear la respuesta de las chicas.
Las primeras pruebas fueron mediante la plataforma Zoom, que permitía transmitir 30 minutos. Para Gloria, la sorpresa fue el entusiasmo de sus alumnas, que de su mano, iniciaron una curva de aprendizaje digital para poder tomar su clase sin salir de casa.
El esposo desayunando, niños en pijama, timbres y teléfonos sonando se combinaron con las clases de Zumba durante la primera semana, que sirvió como experimento para que tanto Gloria, como sus alumnas, aprendieran una nueva forma de seguir haciendo ejercicio.
"El audio estaba terrible, pero aun así empezaban a entrar y entrar, eran dos horarios; el primer día en la mañana como 12 y en la tarde 23 y al día siguiente, siguieron entrando; fue un gran aprendizaje para todas ellas, porque también tenían muchas dudas de cómo conectarse, que mutearan sus micrófonos, porque cada que alguien hacía un ruido ¡pum! se ponía su imagen y ya veíamos a los esposos en pijama, desayunando…", recuerda Gloria, quien encontró en su esposo y sus alumnas el impulso para seguir adelante, a pesar de la pandemia.
Poco a poco se afinó la estrategia para mejorar la calidad del audio y para poder transmitir una hora de clase, como acostumbran sus alumnas. Ahora, Gloria graba su clase y comparte el video en una nube y comparte el link con quien se interesa en tomar la clase. Para incentivar a sus clientas, durante la pandemia ofrece sus clases al dos por uno y algunas de sus alumnas que se han quedado sin empleo o han sufrido reducción del sueldo tomen la clase sin pagar, como apoyo a la crisis que se vive y con la esperanza de que “cuando pase todo esto”, ellas se recuperen, y puedan seguir pagando su cuota normal.
Ella sabe bien que una clase de Zumba, no es sólo la ilusión de llegar o mantenerse en la talla ideal, es también una puerta para liberar el estrés, dedicarse un momento cada día y disfrutar el momento.
El dato:Zumba es una marca registrada, no sólo el nombre de un tipo de ejercicio y como tal, cobra a las instructoras una licencia que se paga mensualmente en dólares. Esto les permite usar la marca y recibir actualizaciones. El contrato es claro y prohíbe trasmitir clases en líneas, pero la pandemia abrió una nueva ventana para quienes dan clases, pues se flexibilizó esa posibilidad. Por recomendación de sus chicas, Glo ha comenzado a tener alumnas de fuera de la Ciudad de México y espera que la empresa permita seguir transmitiendo sus clases aun pasando la pandemia.
Gloria y sus clases de Zumba tienen competencia en los miles de videos que hay en línea de forma gratuita y de duración a la medida para trabajar incluso, zonas específicas del cuerpo, pero sus alumnas, han decidido quedarse con ella. “Yo tengo eso a mi favor, que las conozco y sé a quiénes les gustan ciertas rutinas, ciertos ritmos y entonces me acerco a la cámara y le digo, fulanita disfrútala mucho o cosas así, además del contacto por WhatsApp y yo creo que por eso prefieren algo más cercano”, explica.
Para Glo, cómo la llaman cariñosamente sus alumnas y alumnos, el reto mayor de esta nueva modalidad es establecer relaciones a distancia, “aprender a relacionarte con las personas, sentir ese mismo calor, esa misma energía y amistad aunque no esté la persona enfrente de ti”. Además, algo positivo que ha notado es que la familia se une de alguna forma; papás e hijos ayudan a reproducir la rutina y algunos incluso se quedan con ellas a hacer ejercicio.
Cafetería a domicilio en Coyoacán
¡Llévele, llévele! Frappés de chococolate, crema irlandesa, avellana y Kahlua; limonadas minerales, café americano, capucchinos de sabores, chocolate caliente, tés. Lo que se le antoje puede recibirlo en la puerta de su casa en el barrio de Santo Domingo, en Coyoacán.
Iris tiene una cafetería en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en Ciudad Universitaria. De lunes a sábado veía pasar a los estudiantes, quienes le pedían bebidas para prepararse antes de una clase o simplemente para refrescarse; sin embargo, sus ventas se vieron reducidas durante del paro académico que afectó a la escuela. Pero eso no la detuvo y comenzó a trabajar en una famosa cafetería de las calles de Coyoacán hasta que la pandemia por coronavirus obligó a cerrar el lugar y la dejó sin ingresos por segunda ocasión en lo que va del año.
“Viví una etapa depresiva, por todo lo que sucedió, estar sin trabajo, estar en el miedo, en la incertidumbre de cuánto va a durar esto, me limité mucho en mis gastos, en lo poco que me quedaba. Me echó la mano un familiar para mantenerme un poco”, cuenta Iris.
Con ayuda de sus amigos, la joven decidió gastar sus ahorros para empezar de nuevo y montar una nueva cafetería, esta vez con entregas a domicilio en algunas zonas de Coyoacán como la del Pedregal de Santo Domingo, avenida Imán, Eje 10 y Copilco. Adaptó su cocina para hacer las entregas más eficientes, así como su bicicleta con una hielera que un amigo le prestó para que las bebidas llegaran frías a su destino.
"El principal reto es con las expectativas que uno se plantea, que si va a jalar o no va a jalar porque es completamente nuevo, a pesar de que ya hay un servicio a domicilio como Rappi o Didi, pero en forma particular sería un reto ver la respuesta de la gente, el interés y de que si va a salir o no, era como un volado", cuenta la joven emprendedora.
Además de la lluvia y los caminos pedregosos que recorre con su bici, Iris comenta que otro de los retos ha sido esperar contar con la respuesta de los clientes, pero cuenta que ha sido positiva, tanto que una clienta la agregó a Facebook y varios la han recomendado en las redes sociales.
“El aprendizaje que me llevo de esto es que si mis ánimos se cayeron al principio puede que haya bastantes formas para poder mantenerse para poder salir, los obstáculos que te enfrentas, mientras uno tenga la determinación, las ganas de poder para salir de este bache y salir a buscar oportunidades, todo se puede lograr”, concluye, sobre la enseñanza que la pandemia le ha dejado.
Danza árabe en línea
La escuela Ramah Aysel imparte clases de danza árabe desde 2003, recientemente en tres sucursales: Xola, Taxqueña y San Cosme, en las que laboran 13 maestros y tres asistentes. Desde que se pararon las actividades no esenciales en la Ciudad de México, su directora, Mirna Garibay, ha tenido que ofrecer las clases en línea.
“Muchos de los docentes presentaron algunas dificultades para dar clases a través de la aplicación Zoom, debido principalmente a que no contaban con internet de calidad o una computadora donde pudieran impartirlas”. Mirna reconoce que el aprendizaje que han tenido es principalmente en el manejo de las nuevas tecnologías.
Sin embargo, pese a las clases en línea, tutoriales y materiales que han ofrecido para las alumnas, quienes mostraron apoyo a la academia pagando la mensualidad, Garibay dijo que desde abril comenzaron a verse afectados los ingresos de la escuela, debido a que hubo bajas de alumnas pues fueron despedidas o les redujeron el sueldo.
Aunque los docentes recibieron su sueldo en marzo y abril, la directora confiesa que espera que en mayo sí se vean las afectaciones, incluso contó que una de las tres asistentes, dedicada a la atención al cliente, tuvo que ser despedida porque ya no podía solventar su sueldo.
“En la sucursal de Xola vamos a entregar el local para salvar las otras dos (sedes), si esto se alarga, vamos a tener que empezar a dejar los locales porque tiene que ver con el dinero que siga ingresando”.
Mirna recordó que a diferencia de esta pandemia, la de la influenza en 2009 obligó que la única sucursal de la escuela, que estaba en Xola, fuera cerrada solamente por una semana, pero no impidió que hicieran seminarios y otras actividades con bailarinas y músicos extranjeros que visitaron a México sólo por dicho compromiso.
Servicio a domicilio para no cerrar: Carnicería El Cochinito de Oro
El Cochinito de Oro, carnicería ubicada en el mercado Michoacán en la zona de La Condesa, también ha sufrido el embate del coronavirus SARS Cov-2 en sus ventas, que han disminuido hasta un 50 por ciento, lo que ha llevado a sus propietarios a cambiar su forma de operar para mantener el negocio en abierto.
Enrique Castillo, uno de los dueños de la pequeña empresa, asegura que han tenido que iniciar la entrega de la carne a domicilio y considerar tener una terminal punto de venta para el pago con tarjeta, opciones que antes no ofrecían para los clientes de la zona. El cierre de taquerías y restaurantes a los que antes proveían de carne disminuyó considerablemente sus ingresos y lo llevó a modificar su operación.
Pese a las pocas ventas, para Castillo el mayor reto se ha convertido en llevar la carne a sus clientes, debido a que muchos proveedores han subido sus precios o han optado por negar el producto a su negocio ante la contingencia, no obstante, han logrado mantener sus precios y la mayor parte de su personal.
“La pandemia ha sido un aprendizaje para él y para su negocio, ya que “aprendes a cómo tratar al cliente o valorar a los trabajadores, y valorar tener un trabajo, además de la cartera de clientes que tiene uno”, reflexionó.
Empleo a la baja:El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó en abril de 2020 se registró una pérdida de 555 mil 247 empleos formales, monto equivalente a una caída mensual de 2.7 por ciento, como consecuencia de la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. De acuerdo con la información publicada por el IMSS, la disminución del empleo en el primer cuatrimestre de 2020 fue de 493 mil 746 puestos de trabajo, con respecto al 31 de diciembre de 2019; de los cuales, 67.2 por ciento corresponde a empleos permanentes.
Con WhatsApp y volanteo casa a casa, 'Tacarbón' resiste a la pandemia
Publicidad en Facebook y grupos vecinales de WhatsApp, así como volanteo de casa en casa son los poderosos engranes que han permitido a Esmeralda y Víctor mantener avante su negocio Tacarbón en Iztapalapa, mediante servicio para llevar o entregas a domicilio, sin necesidad de migrar a una app como Uber Eats.
"Atendíamos de 11:00 a 17:00, ahorita estamos de 11:00 a 21:00 y aumentamos el domingo, mandamos a imprimir volantes con los productos que tenemos, logo y dirección, esos se mandaron a repartir cerca del área de trabajo", comenta.
Acostumbrarse a cambiar la atención presencial por un mensaje de 'whats' y confiar en que los tacos, tortas y costillas sí pueden venderse sin que los clientes estén enfrente, enamorándose del aroma de la carne sobre las brasas, cuenta ella, han sido los mayores retos para su trabajo, el cual ahora manejan desde casa.
"El problema era que realmente vendíamos algo sin que la gente nos viera, nosotros teníamos la idea de que si la gente no huele la comida, si no la ve, para que se le antoje, costaba mucho vender, pero por teléfono se ha estado vendiendo bien", comenta.
Si bien las ventas no son las mismas, porque gran parte de sus clientes frecuentes no han vuelto a causa del confinamiento, usar las redes sociales partió la brecha para que gente que ve anuncios de 'Tacarbón' en Facebook o WhatsApp llegue a comprar hasta casa de Esmeralda y Víctor, mientras que otros más opten por pedirles el servicio a domicilio.
Aunque la pandemia ha traído cuantiosas dificultades económicas, Esmeralda sabe que también va dejando grandes lecciones, especialmente dos: aprovechar todos los medios para promocionar un negocio y consolidar ventas a domicilio como una modalidad permanente.
Garrafones de agua a crédito
Silvestre Blanco abrió una purificadora de agua en la alcaldía Álvaro Obregón desde hace casi tres años, la cual ofrecía servicio a domicilio en la colonia donde está ubicada, sin embargo, debido a la pandemia hizo ajustes en su horario, que tuvo que extender, dejando de lado actividades personales, canceló el servicio a domicilio y además ofrece a crédito.
Estos cambios le preocupan, pues teme perder algunos clientes que no puedan llegar a pagar su servicio, incluso ya ve las primeras pérdidas, pues varios de sus compradores que eran cocinas económicas, tuvieron que cerrar y otros optaron por regresar a su lugar de origen hasta que pase la contingencia, debido a que no tienen para comprar los insumos mínimos, incluida el agua o para pagar la renta de su vivienda.
Otra de las afectaciones que ha sufrido es que su proveedor de envases de litro y litro y medio de agua cerró su local y únicamente ofrece los garrafones de 20 litros.
Aunque no tiene empleados, sí ve pérdidas de más de 500 pesos semanales en su negocio. Pero destaca que pese a todo sigue teniendo ingresos, a diferencia de otros negocios de la zona afectados por la pandemia.
El aprendizaje, destaca, es que siempre habrá personas que necesiten el apoyo de la comunidad, pero también considera que hace falta cambiar actitudes y hábitos en la población para hacer frente a situaciones como la emergencia sanitaria. “Muchos no sabemos respetar reglas e indicaciones porque nos hace falta ser solidarios y empáticos”, concluye.
Crossfit para el encierro
"¡Vamos a iniciar el wod!"; "¡10 burpees más!" Son algunas de las frases que se extrañan durante un entrenamiento presencial de crossfit, luego de varios días de confinamiento por coronavirus.
Pero, ¿la pandemia puede acabar con la fuerza mental con la que se trabaja en crossfit? La respuesta es no, pues la distancia no ha roto la pasión que se genera al entrenar este deporte, debido a que es un ejercicio completo en el que no se compite con nadie, más que consigo mismo.
Por ello, tanto crossfiteros como quienes son dueños de un lugar para entrenar, han buscado todas las formas para seguir adelante. Tal es el caso de ROOA que ante la pandemia por covid-19, implementó medidas para que su familia –como llaman a quienes entrenan con ellos– pueda seguir liberando lo que el encierro ha traído, llámese ansiedad, estrés, tristeza o ganas de sólo dormir.
ROOA implementó su programa remoto en donde diariamente hay un wod nuevo (rutina nueva) con ejercicios ideales para quedarse en casa. Tiene una serie de horarios en los que se da clase mediante Zoom. A un solo clic el entrenamiento está en casa con la vigilancia de un coach.
“ROOA remoto es un esquema de entrenamiento de Crossfit que no solo cumple con una programación adecuada de ejercicio en casa, sino que nos permite seguir cuidando el servicio, calidad y atención al cliente. Incluso con una adaptación a la situación económica actual de nuestros usuarios”, comentan los socios a MILENIO.
Entre los retos a los que se ha enfrentado ROOA durante esta etapa de clases online, ha sido generar un ambiente divertido y dinámico, que en realidad brinde resultados en la salud física y mental.
Aprendizajes que ha dejado el covid-19:ROOA explicó que los aprendizajes y lecciones que se lleva de esta cuarentena por covid-19 está:1. Planear un esquema de clases de Crossfit online y el uso de plataformas digitales
2. Mantener la paciencia y enfocarse en ser proactivos y no reactivos ante la crisis
3. Ver la adversidad como una nueva oportunidad de ser creativos
4. No confiarse y salir de la zona de confort
5. Tener presente que la vida y un negocio puede cambiar en un segundo
6. Enfrentar el miedo a lo desconocido y salir avante de ello
Aunque la respuesta de las personas que entrenan con esta nueva modalidad online ha sido muy buena, los socios de ROOA aseguran que diariamente trabajan para superar sus expectativas, sobreponiendo el estado de la gente.
“ROOA siempre antes que un negocio ha estado su gente y ésta no será la excepción”. Pero no todo ha sido color rosa, pues se han tenido que enfrentar a algunas pérdidas económicas, pues ya que no cuentan con el 100 por ciento de clientes, han tenido que modificar sus precios en apoyo a la comunidad.
“Actualmente estamos operando con el 70 por ciento de nuestros clientes y solo con el 50 por ciento de nuestros ingresos debido a la baja de precios que tuvimos que implementar para cuidar la economía de nuestros clientes y conservar a la mayoría de ellos. Hemos enfrentado con demasiado esfuerzo el impacto económico que esto representó para ROOA de forma inesperada.
Estamos conscientes que no solo ROOA vive esta situación, es por ello que nuevamente volvemos a poner a nuestra comunidad como prioridad, de tal forma que la falta de dinero no sea el motivo por el cual ellos dejen de entrenar”, dijeron.
Despidos temporales
El equipo de ROOA contó a MILENIO que sí tuvieron que dar de baja temporal a algunas personas, aunque saben que sólo será momentáneo, pues cuando regresen las puertas estarán abiertas. “Fue una decisión muy difícil de tomar”, comentaron. A pesar de que hay pérdidas económicas, el equipo considera que aunque por el momento están “dispuestos a sacrificar su utilidad por el bienestar de –su– gente”, esto será temporal.
“Pronto pasará, permitiéndonos volver a tener un negocio rentable volviéndonos a levantar a base de esfuerzo, trabajo, dedicación, pero sobre todo mucho corazón como siempre se ha hecho” refieren.
El reto de enseñar yoga on line y con cuotas voluntarias
Debido a la crisis por la pandemia del coronavirus, Adriana Alonso perdió el 90 por ciento de sus ingresos. Maestra de yoga, pilates y conciencia corporal con 11 años de experiencia, la joven instructora se enfrentó al cierre de los lugares donde impartía sus clases y al reto de implementar nuevas maneras de hacerlo.
"Con el cierre de todos los estudios donde daba clase y la pérdida de las clases particulares presenciales, perdí el 90 por ciento de mi ingreso mensual. Esto fue un gran golpe a mi economía, pero tuve la fortuna de tener el apoyo de los míos", narra la también bailarina de contemporáneo.
Con plataformas como Zoom, Facebook, Instagram, YouTube y Broadcaster, Adriana guía desde la distancia a sus alumnos, quienes pagan a un menor costo las clases individuales y las grupales, con cuotas voluntarias.
"He tenido que transformar la forma en que llego a mis alumnos e imparto mis clases. Ahora, parte de mi trabajo es hacer presencia en las redes sociales y dar todas mis clases vía online".
Ahora prepara el material para postear, hacer fotos, videos y audio-meditaciones para subirlo a sus redes con la cuenta de Instagram @diabodyandmind y "Dia Alonso" en YouTube.
¿Cómo ha sido la respuesta de sus alumnos? “He tenido la fortuna de llegar a nuevas personas y eso ha sido muy positivo. Ahora tengo dos clases más que doy a mexicanas que viven en Suecia y otra en inglés a personas que viven en Estocolmo”.
Claro que también ha perdido a algunos alumnos, como adultos mayores para quienes es difícil el manejo de la tecnología.
La pandemia la ha dejado también un gran aprendizaje: que, ante la crisis, también se puede crecer.
“Estoy recibiendo muchas lecciones en esta época, una de ellas es que la crisis puede ser una oportunidad para crecer, aprender de ti mismo, reinventarte y salir de tu zona de confort para expandir tus horizontes”.
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