El día de hoy, miles de estudiantes regresaron a clases, pero por motivo de la cuarentena que se vive por el virus covid-19, este retorno no se dio en circunstancias normales. Derivado de esta razón, todo el material que se habría podido necesitar como útiles escolares se quedó en los almacenes de las papelerías.
Estos sitios, desde que empezó la contingencia, han reportado ventas considerablemente bajas, pues al no haber clases presenciales, ni trabajos en las oficinas, no tienen mucho que puedan vender, ni clientela que puedan atender.
"La primer semana como que sí bajó, ya las siguientes semanas están para llorar. Las ventas bajaron un 80%, pagamos renta, nosotros hemos hablado con los propietarios de los locales y sí nos han hecho favor de esperarnos", comenta María Elena Acosta, encargada de una de las papelerías ubicadas en el centro de la ciudad.
Como María Elena, son muchos (si no es que en su totalidad) los negocios de este giro cuyas ventas prácticamente se han detenido, en donde todos los materiales relacionados con las fiestas y celebraciones propias de marzo y abril se estancaron.
"Del día de la primavera se nos quedó toda la mercancía que habíamos preparado. Ahorita estamos preparando que para el día del niño. Con las fechas que nos han dado que la contingencia no pasa pronto, no va a haber venta. De madres, me previne con tiempo porque los proveedores nos surten para el material del 10 de mayo. Lo tenemos todo. Y por lo que estamos viendo, va a ser la misma", expresó con preocupación María Elena.
En el centro, lugar en el que se aglomeraban los transeúntes por las estrechas calles, se ha disminuido la afluencia de los mismos, esto a raíz del cierre de la Plaza Fundadores, como medida de prevención ante el covid-19, ante esta situación, las ventas de las papelerías, de por sí ya pocas, volvieron a bajar.
"Las ventas bajaron desde que empezó la pandemia, pero más cuando empezaron a cerrar esta zona. Al cerrar todo esto nos afecta a nosotros porque la gente no viene. Y obviamente si tú ves cerrado esto, tú piensas que todo está cerrado. Es muy poquita gente la que viene. Serían unas 20 personas diarias", menciona María del Jesús Prado, trabajadora de una papelería.
Al entrar a estos lugares, el ambiente es el mismo: empleados en una situación crítica, desesperados, con pasillos solos y mucha mercancía que se queda varada.