“Nadie tiene tanto miedo, como nosotros, pero nos aguantamos, porque si no, no tenemos qué llevar de comer a la casa”, cuenta Lázaro, un empleado del panteón Guadalupe Hidalgo en la alcaldía Gustavo A. Madero que se dedica a inhumar cuerpos "con o sin covid-19”.
Arturo, su compañero desde hace más de 20 años ama su trabajo, ironiza y dice que trabajar con los muertos es más sencillo que con los vivos, aunque reconoce que se trata de un trabajo rudo, casi como el que hace un albañil: cargar, desenterrar, enterrar, cargar de nuevo, bajar y además, ser muy sensible con las peticiones de las familias.
Gustavo A. Madero es la segunda alcaldía con decesos por covid-19, apenas atrás de Iztapalapa.
Los sepultureros de los 11 panteones de la GAM denuncian que pese al incremento de muertos por el coronavirus, ninguno de ellos han recibido los insumos adecuados para desempeñar su trabajo.
Detallan que las autoridades de la alcaldía les proporcionaron algunos trajes que se rompen en cuanto se los colocan y cubrebocas de tela que solo funcionaron para un servicio.
En otros casos les dieron trajes de lluvia: “Unos trajes ridículos de colores, brinca charcos, con todo y sombrero, nos veíamos muy chistosos y también se rompieron con la primera puesta”, cuenta Arturo.
“Diario estamos sepultándonos gente con covid (sic) pero es nuestro trabajo lo único es que las autoridades no nos han traído el equipo necesario para poder hacer eso” explica.
Desde hace tres semanas, en el panteón ahora solo trabajan cuatro personas para todos los servicios los siete días de la semana. Algunos días van voluntarios, amigos de los sepultureros, quienes cobran el día con un refresco y tacos de carnitas que comparten al final del día.
Tres de trabajadores del panteón enfermaron y no se han presentado a trabajar por riesgo de contagiar al resto de sus compañeros.
“Le llaman héroes a muchos de los que están tratando esta pandemia, nosotros no queremos títulos, ni aplausos, nada más que nos traigan el equipo necesario somos personas y tenemos familias y nosotros a aquí dentro tenemos que ver la forma de llevar qué comer a nuestro hogar”, dice Arturo.
Los trabajadores de los panteones ganan 2 mil 600 pesos cada quincena que no alcanza para garantizar la seguridad en salud a sus familias. “Si mis niños se me enferman, no me va a alcanzar para las medicinas, ni para llevarlos al hospital”, explica Lázaro.
Aunque está recomendada la cremación de los cuerpos que mueren por covid-19, hay familias que insisten en la inhumación, solo los panteones de San Nicolás Tolentino y San Lorenzo Tezonco en Iztapalapa y el de Dolores en la alcaldía Miguel Hidalgo, tiene espacios suficientes para personas que fallecen por este mal mundial.
El resto como el de Guadalupe Hidalgo, en Gustavo A. Madero, inhuma cuerpos a perpetuidad, es decir sí se libera un espacio, pueden colocar una caja, sin importar que la persona haya muerto por el coronavirus.
Teresa Ortiz secretaria del panteón, cuenta que los trabajadores se han visto orillados a pedir insumos a las familias de los deudos para enterrar a su muertos, aunque la mayoría de los deudos se ven imposibilitados de hacerlo puesto que “no saben donde conseguir los trajes o los cubrebocas o también ocurre que muchas de ellas no tienen ni siquiera dinero y pues ni cómo obligarlos”.
ledz