Crean ositos memoriales para abrazar a padres que se llevó la pandemia

Día del Padre

Es la ropa de sus seres queridos transformada en bellos recuerdos.

Covid. Crean osos de peluche con ropa de papás fallecidos. | Fotos: Yazmín Sánchez.
Cristina Gómez
Tampico /

La pandemia arrancó de sus hogares a miles de padres de familia, pero no logró llevarse su esencia pues esta sigue viva a través de ositos memoriales creados con las prendas que a ellos más les gustaban.

Es la ropa de sus seres queridos transformada en bellos recuerdos. La sensación de que esa persona especial no se ha ido y un poco de alivio a la pena por su ausencia.

“Cuando sientas que no puedes más ¡abrázame!, siempre estaré a tu lado. Te ama tu papá”, es el mensaje que lleva consigo uno de los ositos para dar consuelo a una jovencita que acaba de perder a su ser querido.

Otro dice “esta era una camisa que solía usar, cuando me abraces quiero que sepas que siempre estaré ahí”, y es que este bello trabajo logra dar un poco de alivio a los deudos en medio de su dolor.

Rossy Martínez lleva seis meses con estas emotivas creaciones y ha encontrado en la actividad no solo una forma de generar ingresos, sino también una recompensa espiritual a través de la confianza que le brindan.

Todo comenzó cuando un familiar le pidió que le hiciera un osito en noviembre del año pasado y dos meses después decide empezar a elaborarlos, cambiando así el giro de su taller de artículos de decoración y juegos didácticos para diversión y aprendizaje de los pequeños del hogar.

En seis meses ha atendido aproximadamente 400 pedidos y en casi 300 de los casos fue el covid-19 el causante de los decesos.

“Muchas de las personas, no me gusta preguntarles, pero ellas solas me dicen que su familiar murió por covid; calculo que son unos 300 casos y últimamente están aumentando de nuevo las pérdidas por esta causa”, menciona Rossy Martínez.

Comenta que son recuerdos para el corazón de un amor eterno, pues un osito memorial ayuda a sentir más cerca a esa persona tan amada.

MUNDO DE COLOR AZUL

“Yo ya venía trabajando un proyecto iniciado un año antes y que llamamos Mundo de Color Azul porque tengo un niño autista. Dimos un pequeño giro elaborando ositos conmemorativos con prendas de personas que han partido al cielo”.

Hay quienes piden un osito por cada camisa que usaba su papá, otros prefieren solo la del uniforme del lugar donde trabajaba, como por ejemplo Petróleos Mexicanos, Teléfonos de México o alguna empresa del corredor industrial de Altamira.

Rossy tiene la sensibilidad de toda madre cuyo hijo vive con autismo. “Un día quise despertar y que todo hubiese sido un sueño, poder ver correr y jugar a mi hijo, pero la vida me tenía una misión; fueron meses de poder aceptar el diagnóstico y no saber cómo sería su vida, largas noches sin dormir y muchos días de llorar”.

Le aterraba la idea de que alguien pudiera lastimarlo en su mundo, pero al paso del tiempo el pequeño le fue dando grandes lecciones. Pese a su discapacidad, pudo cuidar de su padre enfermo durante dos años, dedicándole día y noche hasta que la diabetes le ganó la batalla.

La vida cambió entonces para esta familia, cuya pérdida ocurrió en el pasado mes de febrero y es la etapa más triste y difícil por la que han pasado. Con un osito memorial Rossy pudo dar a su hijo la esencia de su progenitor, y esto lo hizo muy feliz.

El duelo le produce una mayor conexión con quienes le hacen pedidos, pues sabe lo que significa perder a un ser querido. Cada osito es una historia distinta; hay quienes fallecieron con la pandemia y hay quienes partieron hace ya tiempo.

Aunque en su mayoría las figuras corresponden a padres de familia ausentes, también ha elaborado de mamás, de jovencitas e incluso de niños.

Un caso que la conmueve mucho es el de una enfermera que acababa de titularse y a sus 23 años de edad decidió no seguir viviendo.

“Cada vez que acabo un osito, es una gran satisfacción saber que alguien más será feliz con mi creación. Que los recuerdos estén presentes es la mejor manera de preservar a nuestros seres queridos que se han ido”.

Cuenta que es un trabajo muy laborioso pero con un resultado increíble y muy emotivo. Se hace con todo el respeto, dedicación y cuidado hacia quienes ya trascendieron a un mejor lugar.

“A veces tengo la oportunidad de conversar un poco acerca de su pérdida, son historias que en verdad a todos nos llegan al corazón porque son personas que se nos van cuando menos lo esperamos y duele tanto su partida pero tenemos que aceptar la voluntad de Dios”.

Solo queda en esos casos vivir de sus recuerdos, y con este trabajo ofrece que las prendas más queridas de quien se ha ido, sean convertidas en un osito que podrán abrazar, y con ello sentir e imaginar a esa persona especial muy de cerca.

“Ellos no mueren mientras vivan en nuestros recuerdos y cuando su familia recibe los ositos es una emoción indescriptible”. Las personas interesadas en el servicio pueden comunicarse al teléfono 8335195981 ó a través de la página de Facebook El Mundo del Oso.

COMPLEMENTO

En nuestro país, el tercer domingo de junio se destina al reconocimiento de la paternidad. El origen del Día del Padre tuvo lugar en Washington, Estados Unidos y se celebró el 19 de junio de 1910 en la ciudad de Spokane.

Sonora Smart Dodd solicitó a la Alianza Ministerial de su ciudad conmemorar la paternidad, como un tributo al rol que tuvo su padre, en su crianza y la de sus hermanos. Propuso que fuera el 5 de junio, día en que su padre cumplía años. La celebración fue aprobada, pero se postergó al tercer domingo de junio.

Un lustro después la conmemoración había ganado popularidad en ese país, y en 1966 el presidente Lyndon B. Jonhson proclamó esa fecha como “Día del Padre”.

En México, la celebración comenzó en los centros escolares, en la década de 1950, y continúa hasta ahora, aunque ya extendida al ámbito familiar para reconocer la importancia que tiene la paternidad en las familias y su trascendencia en la reproducción social.

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