Un “coyote”, es decir, una persona que forma parte de una red de tráfico de seres cobra alrededor de siete mil dólares, es decir, más 140 mil por cruzar a un menor de edad por la frontera norte; sin embargo, el monto puede aumentar dependiendo de las condiciones en las que se realice al traslado.
De acuerdo con la “Encuesta sobre Migración en la frontera norte de México” (EMIF Norte), elaborada por la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP), de la Secretaría de Gobernación, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México y el Colegio de la Frontera Norte (El Colef), la mitad de las personas que son detenidas en las autoridades migratorias de Estados Unidos revelaron que habían utilizado a un coyote.
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Los hombres pagaron, en promedio, 6 mil 565 dólares a las redes de tráfico de personas; mientras que el costo para las mujeres ascendió a 7 mil 839 dólares; sin embargo, modalidades en las que se utilizan papeles falsos, aumenta el costo.
EU investiga que menores sin compañía no sean víctimas de trata
Por su parte, la organización no gubernamental Appleseed reveló que el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, cuando encuentra a menores no acompañados ingresando de manera irregular, los entrevista en busca de determinar que no sea víctima de trata o tráfico.
Una serie de factores impulsan a los menores a emprender arriesgados viajes hacia los Estados Unidos. Muchos son motivados por el deseo de mejorar su situación de vida, algunos son enviados por algún familiar en México, otros viajan con la finalidad de reunificarse con sus familias en los Estados Unidos.
El estudio “Niños en la Frontera”, realizado por Appleseed, revela que los niños, niñas y adolescentes mexicanos sin compañía detenidos en la frontera que no son inmediatamente repatriados, son canalizados a un sistema que recibe igualmente a todos los menores, añade el estudio.
“Para los niños, niñas y adolescentes mexicanos sin compañía que son detenidos en la frontera, este sistema retrasa la reunificación con sus familias que se quedan en México. Por otra parte, este sistema permite la adjudicación ordenada de las reclamaciones de los menores de edad que claman la residencia, y mientras resuelven espera de esta adjudicación, se les proporciona refugio, incluyendo comida, educación, servicios médicos, servicios legales pro bono o gratuitos (cuando están disponibles), acceso a su consulado y una reunificación potencial con sus familias o un tutor”, establece el reporte.
Por otra parte, la organización civil destacó que, a pesar del alto costo que representa el cruzar la frontera, los niños, niñas y adolescentes se exponen a un peligro legal causando que algunos jóvenes migrantes asuman niveles insostenibles de deuda, que en el futuro son obligados a pagar bajo coacción por grupos delictivos.
“El creciente control de la migración transfronteriza por parte de los cárteles de drogas mexicanos, para quienes el tráfico humano representa una fuente de negocio importante, los niños, niñas y adolescentes migrantes son una presa fácil y valiosa, haciendo que todos estos peligros se incrementen”, destaca el análisis.
AAC