Crece la brecha educativa ante más de 43% de hogares sin acceso a Internet

En México solo 44 por ciento de los hogares cuenta con computadoras; mientras que 56.4 tienen internet en casa.

Crece la brecha educativa con clases a distancia. (Jaime Zambrano)
Jaime Zambrano
Puebla /

La suspensión de las clases presenciales se tradujo en incertidumbre sobre la continuidad de los proyectos formativos y los aprendizajes en los estudiantes; además, la educación se presenta de manera desigual. El problema crece ante más de 43 por ciento de los hogares sin conexión a internet y más de 56 por ciento de las familias sin una computadora.

El sacerdote jesuita, Luis Arriaga Valenzuela, rector del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso), explicó que la contención de la crisis sanitaria se tradujo en la desatención u omisión de derechos fundamentales como la educación.

Aseguró que los problemas de enseñanza en los menores de edad y el crecimiento de la brecha puede tener consecuencias de alto impacto generacional; además, la salud pública no debe suponer descuido de los procesos educativos.

Durante su participación en un foto virtual para analizar los retos educativos organizado por la Universidad Iberoamericana Puebla, Arriaga Valenzuela el nuevo coronavirus y la pandemia que produji, develó con toda su crudeza problemas que ya existían

“La brecha digital impide que miles de estudiantes tengan educación en línea. Además, la educación en casa es, en sí misma, desigual”, expresó.

Desde 2012, la ONU advertía que la pobreza es una condición que conduce a múltiples violaciones a los derechos humanos, como es el caso de la formación escolar, expresó el especialista en procesos educativos.

“La educación no es un derecho cualquiera; sin él, es casi imposible acceder al resto de los derechos de manera cabal. Los retos que enfrenta la educación de nivel básico son mayúsculos. Mientras que el sector privado lucha por la subsistencia económica a través de la apertura prematura, las escuelas públicas no han recibido el apoyo necesario por parte del Estado”, expresó.

Para Arriaga Valenzuela, las madres y padres de familia están luchando por armonizar sus obligaciones laborales con el acompañamiento educacional de sus hijos y con la conversión de sus casas en salones de clases.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en México solo 44 por ciento de los hogares cuenta con computadoras; mientras que 56.4 tienen internet en casa, datos que revelan las complicaciones actuales.

“Todo esto puede derivar en el abandono masivo de la escuela por parte de seis millones de jóvenes. Naciones Unidas advierte que la deserción escolar en el mundo alcanzará las dimensiones de una catástrofe generacional, lo que podría significar décadas de rezago educativo y la ampliación de las brechas de desigualdad”, comentó.

En su momento, Alejandra Nuño Ruiz Velasco, directora del Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia Francisco Suárez, resaltó que los Estados están obligados a garantizar la asequibilidad, accesibilidad, adaptabilidad y aceptabilidad de la educación.

“Deben tomarse en cuenta los intereses superiores de niñas, niños y adolescentes dentro de las restricciones derivadas de la pandemia”, explicó al especialista.

AFM

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