La brecha salarial en medio de la pandemia del covid-19 y el confinamiento que comenzó en marzo de 2020 creció entre hombres y mujeres. Antes de la pandemia, en promedio las mujeres ganaban 62 pesos menos que los nombres; mientras que, en enero de este año, la diferencia ya es de 67 pesos.
De acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en Puebla, en este año, las mujeres con un puesto formal ganan 339.60 pesos al día; y, al mismo tiempo, los hombres perciben 409.34 pesos por jornada laboral en una fuente formal registrada ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En otras palabras, las mujeres poblanas ganan 17 por ciento menos que los hombres en la entidad en el inicio de este 2021, año enmarcado por la pandemia del covid-19. En marzo de 2020, las mujeres ganaban 310.75 pesos al día en un puesto formal, es decir, 62.88 pesos menos que los hombres que alcanzaban ingresos diarios promedio de 373.62 en un puesto formal.
A la par, ante la pandemia del covid-19, la cifra de mujeres que se quedaron sin empleo aumentó. La tasa de desocupación femenina al cuarto trimestre de 2019 era de 2.5 por ciento, es decir, había 29 mil 732 mujeres sin empleo, pero con disposición a encontrar uno. Al inicio de este año, la desocupación femenina llegó a 4.4 por ciento que se traduce en 51 mil 153 mujeres que están buscando un empleo.
En tanto, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la brecha entre los ingresos laborales se mantiene. En términos relativos. el ingreso de los hombres ocupados es aproximadamente 1.2 veces mayor al de las mujeres.
A la semana, las mujeres destinan en promedio 22 horas a los quehaceres domésticos y 28 horas al cuidado de otras personas, lo que equivale a 2.5 veces el tiempo que dedican los hombres a estas actividades.
Por otra parte, el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi muestra que en Puebla residen tres millones 163 mil mujeres, que representan el 52 por ciento del total de habitantes.
El crecimiento de la población y su envejecimiento está ligado a la tasa de fecundidad. El promedio de hijas e hijos nacidos vivos de las mujeres de 12 años y más mantiene una tendencia a la baja. En el año 2000, en promedio, las mujeres tenían 2.8 hijos; mientras que, en 2010, se redujo a 2.5; y en 2020, el promedio fue de 2.2.
En el rubro de tasa general participación económica en el estado, es decir, las personas que tienen capacidad para laborar mayores de doce años, pasó de 50.8 a 62 por ciento entre 2010 a 2020. Por composición de género, la presencia femenina en la economía creció de manera significativa. La tasa de participación de las mujeres aumentó 2.8 puntos porcentuales entre 2000 a 2010, luego que la proporción pasó de 27.6 a 30.4 por ciento; mientras que para 2020 representó el 48.2 por ciento, es decir, del total de mujeres en edad de trabajar, casi la mitad, son económicamente activas.
De acuerdo con el apartado “Características educativas” del Censo de Población y Vivienda 2020, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el grado de escolaridad promedio en la entidad es de 9.2 años, es decir, la mayoría de la población terminó la secundaria. En promedio, las mujeres cuentan con una menor escolaridad, nueve años; mientras que el de los hombres es de 9.3 años.
AFM