Las crisis de salud en la población comienzan a partir de la distribución territorial de las tiendas de conveniencia, con lo que es más fácil encontrar productos procesados que alimentos con alto valor nutrimental.
Miguel Calderón Chelius, coordinador del Observatorio de salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que, con las cadenas de distribución impulsadas por la industria de alimentos, es más fácil encontrar alimentos procesados y con alto contenido calórico.
“Los alimentos procesados y altamente calóricos son mucho más accesibles que los productos naturales como frutas y verduras”, explicó el investigador.
Las empresas impulsan la idea de que sus productos alimenticios no son dañinos para la salud y que la responsabilidad de la alimentación es individual cuando se trata de un problema social y requiere la participación de todos los sectores.
“Impulsan la idea de que no hay alimentos malos, que claro que los hay. La otra parte de la ecuación es que la responsabilidad de llevar una vida saludable es de todos y cada uno de nosotros. Para las empresas, no es un problema social, sino individual”, destacó Claderón Chelius en el marco de la presentación del libro “Alimentarnos con dudas disfrazadas de ciencia”, escrito por Martha Elena García y Guillermo Bermúdez.
La autorregulación de la industria de alimentos para ofrecer productos de alta calidad nutrimental es un fantasma porque su fin son las ganancias, aunque se ponga en riesgo la salud de los consumidores finales, añadió Calderón Chelius.
“Los costos en la salud del consumo de alimentos chatarra se acabarán socializando. No hay una salida individualizada: tiene que ser social. Tenemos que cambiar la cadena de distribución, comercialización y consumo”, añadió el investigador.
Ante el problema, el investigador de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita resaltó la importancia de construir culturas alimentarias que recuperen las tradiciones mexicanas con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las poblaciones.
El investigador de la Ibero Puebla llamó a impulsar una cultura de cuestionamientos relacionados con las enfermedades crónicas provocadas por los discursos de la industria contrarios a la salud pública.
AFM