Ante la contaminación de cuerpos de agua y aire, el alza de emisiones de gases contaminantes, el aumento de la temperatura, los cambios de clima en un corto tiempo, la falta de agua y la destrucción del hábitat, la crisis para la población de estados como Puebla está llegando, la socioambiental.
Miguel Ángel Corona Jiménez, investigador del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que, en medio de la pandemia de covid-19, durante el año 2021, se registró un incremento en las concentraciones de gases de efecto invernadero; además, la temperatura promedio sigue en aumento, con la posibilidad de llegar a su punto más alto antes del año 2026.
“Estamos viendo la gran emisión del dióxido de carbono unida a otros gases como el metano ha ido aumentando la temperatura del planeta. Alguien diría que la escala está muy reducida, solo que les quiero decir que nuestro planeta es como nuestro cuerpo, nos sentimos bien con una temperatura de 36.6 grados, 37 y quizá un poco pasaditas, ¿pero ¿qué sucede cuando llegamos a 38? Comienzan los trastornos y comienzan los problemas. Lo mismo le sucede a nuestro planeta”, apuntó.
Todos los seres humanos contribuimos al deterioro por los hábitos de consumo que tenemos; mientras que la desigualdad se ve en el impacto de CO2 porque las personas de más bajos recursos son las que resultan más afectadas, explicó el investigador de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita.
“Estamos en una sociedad basada en un consumo excesivo, en un utilitarismo y en un hedonismo porque preferimos lo pragmático y preferimos el placer. Nos refugiamos en un individualismo materialista, no en el ser sino en el tener que es poco solidario, en un crecimiento que genera desigualdad intergeneracional porque con en el deterioro del medio ambiente estamos abusando de la naturaleza que es para las generaciones futuras. Esto trae altos costos ambientales”, destacó.
Al mismo tiempo, las secuelas de la pandemia de covid-19, el aumento de las desigualdades y el alza de precios de la energía y los alimentos, se traducirán en un aumento de personas en condiciones de pobreza extrema.
Durante la conferencia “Ante el cambio climático, la Laudato Si”, impartida ante la comunidad de la Ibero Puebla, el investigador lamentó que, a pesar de que la pandemia resaltó la importancia de la colaboración, en la actualidad, se presenta un consumo desbordado.
“Hay una competencia creciendo, incertidumbre, cambio constante y hasta una pandemia. Vivimos en la globalización que tiene una imagen bonita ¿cuál es esa? Consumo permanente de todo el mundo, tecnología de la información y comunicación, la cuarta revolución industrial que ya estamos viviendo que trae a la robótica, a la nanotecnología y la inteligencia artificial. La tecnología y el consumo se convierten en los motores de la globalización”, apuntó.
Ante el contexto, el investigador propuso mantener la unidad familiar y la identidad local; apostar por estilos de vida sustentables; promover liderazgos basados en valores, y cuidar los recursos naturales con miras al futuro.
“La felicidad requiere saber limitar algunas necesidades (…). Limitar nuestro consumo es la parte más importante porque implica disminuir los niveles de producción, pero también es la más difícil El cuidado de la casa común, nos incumbe a todos”, finalizó el investigador.
AFM