Sin procesiones ni la presencia de imágenes, la religión cristiana evangélica recuerda la pasión, crucifixión y resurrección de Jesús el Viernes Santo, día en que, por la tarde, se programa un “servicio” en el que se recuerdan las denominadas “siete palabras”.
Crisóforo Ángeles, congregante de la religión cristiana evangélica en Puebla capital, detalló que en jueves santo no se tiene programada ninguna actividad religiosa especial y el viernes es cuando se programa el “servicio”.
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Sin ser una práctica generalizada, los evangélicos, el llamado sábado santo, no tienen ninguna actividad y celebrarán este domingo 6 de abril, la resurrección de Jesús, sin la presencia de imágenes relacionadas con algún pasaje bíblico.
“Se enseña la palabra, se predica la palabra. Generalmente, como evangélicos digamos es algo que se tiene. No se venera una imagen tal cual, solo se da lo que es la enseñanza (…). El jueves no. Hay diferentes iglesias. No es algo generalizado en todas las iglesias cristianas, pero generalmente, donde yo voy, es un servicio el día viernes, sábado no se hace nada y se celebra lo que es el domingo de resurrección”, destacó.
Durante la semana santa, en la religión cristiana evangélica no existe ninguna restricción de alimentos, es decir, sus integrantes pueden comer cualquier tipo de carne; además, no existe ninguna recomendación o costumbre para optar por los mariscos.
“No tenemos ninguna dieta en especial en estos días. De hecho, la Biblia no nos prohíbe comer algún tipo de alimento”, destacó.
En entrevista para MILENIO Puebla, el integrante de la religión cristiana evangélica destacó que el viernes se programa un servicio por la tarde que incluyen reflexiones de las palabras que emitió Jesús antes de su muerte.
“Generalmente es en la tarde. Son diferentes iglesias y cada una hace, de acuerdo con lo que quieren. Donde yo voy, se le llaman servicios especiales o es un servicio especial porque no se hace cada semana. Es un servicio único y una celebración específica que es la muerte de Jesús. Es algo muy tradicional cada año, lo que son las siete palabras, lo que cada una de esas palabras quiere decir para nosotros. Dura un poco más el servicio en comparación con los domingos. Sirve para dar a conocer a otras personas nuestra fe y lo que Dios hizo por ellos”, apuntó.
Al inicio del servicio del viernes santo, se comienza con un tiempo de oración, luego se pasa al de la alabanza en el que se hacen cantos por 40 minutos y luego se llega a la predicación, periodo en el que se puede hacer énfasis en cada una de las palabras de Jesús.
Al término del servicio del viernes santo, se realiza la “santa cena” en la que los que participan, toman un poco de pan con jugo de uva, recordando el momento en que Jesús estuvo con sus discípulos.
“Tomamos un poco de pan con un poco de jugo de uva. Recordando lo que Jesús dijo en la última cena cuando pidió que se celebrara en memoria de Él y de su sacrificio por nosotros. Este acto solo toma unos minutos, se hace una pequeña oración”, destacó.
Por último, Crisóforo Ángeles destacó que la crucifixión de Jesús debe ser vista como un acto de amor; además, se debe recordar que se hizo hombre y sus palabras se relacionan con lo que los seres humanos sienten y viven.
AAC