Crónica
La luz del sol se abre paso entre las cortinas, poco a poco llega a los ojos y como si una punzada de alfiler llegara directamente a la sien comienza el dolor, una extraña migraña se hace presente, la acompaña la sensación de boca de cenicero por lo que el cuerpo de alguna forma exige líquido; un vacío en el estomago como si se tratara de un pozo sin fondo lo confirma, “La Cruda”… ese fiero enemigo que acecha a todos los bebedores y fiesteros del mundo, los bares y cantinas estarán cerrados, pero ella siempre ha tenido servicio a domicilio.
Un recuerdo llega a la mente cuando divisa el bote de basura rebosante de latas de aluminio, ese hermoso desfile de colores de la noche anterior, latas verdes con XX rojas y brillantes contrastadas con una línea dorada, mezclada con otras más de color plateado y rojo; “el taxi sí llegó a las cuatro de la mañana después de pedir más cerveza”; también hay una botella de vidrio blanca y unos envases de jugo, “la bebida rusa… vodka… por eso el dolor de cabeza”; es entonces cuando llega la epifanía, la cruda debe curarse, pero cómo, pues aunque ya hay muchos negocios abiertos el llamado “coronavirus” ha limitado la oferta para dejar de sentirse como “araña fumigada”.
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De entrada debemos descartar la posibilidad de acudir a un bar o cantina para tomar una copilla o dos para estabilizarse, pues el “semáforo” impide que estos héroes de barra hagan más digna la vida después de consumir bebidas alcohólicas.
Tristemente tampoco podemos contar con esos caldos de los mercados municipales, pancita, birria, consomé de barbacoa, que son ricos en grasas esenciales para mitigar el hueco en el estómago, pues aunque hay locales abiertos en estos espacios públicos, muchos de los que ofrecen comida no están trabajando por riesgos de contagio.
Eso nos hace voltear a los puestos de barbacoa, carnitas, tacos y demás platillos de fin de semana, pero también han reducido su presencia a causa del covid, por lo que solo algunos espacios en el mercado Barreteros, el puesto de Don Román en la colonia Constitución de Pachuca, otro más que se encuentra cercano a la CFE de Cubitos, y los restaurantes de Pachuquilla como La Nacional, son las opciones para disfrutar de este platillo originario de Hidalgo, opciones que se van descartando por distancia y en algunos casos costos, “además de que se requiere de una buena salsa para poder revivir en estas condiciones”.
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Al valorar este último requisito para curar “La Cruda” se analizan opciones como las carnitas sobre la carretera Pachuca-Tulancingo, “Las mil salsas”, pues la variedad garantiza que alguna nos dará bríos para regresar a la labor diaria, pero eso implica caminar mucho, al igual que las diversas taquerías que aún mantienen operación en la avenida Revolución, Madero, en el Centro Histórico, por mencionar sólo algunas.
Pero si “La Cruda” tiene servicio a domicilio por qué la cura no; ahí es donde entran las redes sociales pues en su infinita oferta de alimentos más que pueden satisfacer tu necesidad de curartela sin la necesidad de salir de casa; incluso existen servicios médicos dedicados a “curártela con medicamentos y tratamiento por un módico costo” que acuden a domicilio con personal especializado para dar este tratamiento, pero estos de momento están suspendidos debido a la contingencia sanitaria, por lo que muchas veces simplemente es mejor pedir un caldito a casa y seguir viendo el futbol con una cerveza que sorpresivamente sobró de la noche anterior, “total si me la he de curar que valga la pena mañana”…