Garnacha en la 'nueva normalidad'

Crónica del alimento ambulante. Tortas, quesadillas, tacos, birria, gorditas, carnitas y los puestos de barbacoa retomaron su lugar en a nueva normalidad

Los tacos de pastor los de los más tradicionales en México (Cortesía)
Pachuca /

Las calles de la Bella Airosa resuenan nuevamente con la actividad que ha traído consigo la reapertura de comercios, decenas de ellos abrieron sus puertas para recibir a los clientes que han dejado de consumir desde hace más de tres meses; pero son los olores y los sabores callejeros los que realmente dominan el Centro Histórico de la capital hidalguense.

Tortas de tamal, quesadillas, tacos de canasta, birria, gorditas, carnitas y los puestos de barbacoa; todos han retomado sus espacios en las aceras de Pachuca y su zona metropolitana, la oferta de las llamadas "garnachas" está lista para recibir a los comensales que a temprana hora ya hacen fila para consumir estos manjares elaborados artesanalmente por las manos de cocineras y cocineros que cuentan con doctorado en comida rápida.

El aroma que inunda las calles es familiar aunque parece distinto, pues las calles percibieron su ausencia durante un periodo largo de tiempo, pero ahora que regresó bajo la llamada "nueva normalidad" todos pueden acceder a los platillos del que emana ese característico olor, "una tortita de tamal, se antoja con sólo verla", dice un hombre a otro mientras hace fila saboreando de antemano esta garnacha.

Un ciclista se acerca, se nota que acaba de ejercitarse, usa las medidas de seguridad como casco, rodilleras y la vestimenta necesaria como para participar en una competencia oficial, incluso un cubrebocas de neopreno como de motociclista, mismo que baja con una mano para dar una mordida a ese bolillo que emite un crujido para dejar salir un poco de mole rojo, la expresión de este personaje demuestra que una de las cosas que más se extrañaba de la contingencia sanitaria era comer una buena garnacha.

Algunos de estos puestos ambulantes de comida rápida no cesaron sus actividades, pero algunos otros sí, pero ahora con el color naranja muchos salieron de su encierro por necesidad, "ya nos había pegado mucho el parón", comenta Guadalupe "Doña Lupe" al arrojar otro tamal a la freidora, "lo bueno es que la gente nos busca todavía y que podemos seguir vendiendo", expresó.

Poco a poco como plantas proliferan los puestos de alimentos, pero el virus SARS-COV-2 no ha dejado de someter a la población y a la economía, además después de ese atardecer naranja puede venir un rojo intenso y habrá que ver si cae la noche para todos estos cocineros y cocineras ambulantes.

  • Teodoro Santos

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