La cucharilla, los ramilletes de flores y las velas escamadas son artesanías que los habitantes del municipio de Izúcar de Matamoros no dejan morir, pues estas refuerzan su religión, así como sus tradiciones, pues para ellos, las fiestas patronales son muy importantes, y todo se concentra en la Semana Mayor y las festividades de sus comunidades que se celebran durante el año.
El color blanco predomina en los arcos de las cucharillas, que son colocados en las entradas principales de los templos de los 14 barrios en los que se divide el municipio.
- Te recomendamos Lulú Farrera, la mujer que cambió el derecho por su pasión hacia el doblaje Comunidad
En entrevista con Multimedios Puebla, Jesús Medel Rodríguez, inspector del barrio de San Diego Chiconcuac, señaló que la cucharilla es una artesanía particular del municipio, debido a que son utilizadas en las fiestas patronales y las de la Cofradía del Santísimo del municipio.
A decir de los artesanos, la cucharilla, planta endémica con la que se elaboran las piezas, no importa que tenga espinas y que sus manos sean dañadas, pues el resultado final llena de satisfacción a quienes la trabajan.
“Esto es todo el año y en la Cofradía del Santísimo, cada tercer domingo de cada mes se realiza la cucharilla y ya dependiendo de cada dueño de la casa se hacen los propios arcos”, destacó.
Fuera de un templo religioso, con orgullo señala que estos arcos son elaborados por la gente de la comunidad, desde niños hasta personas adultas de distintos barrios.
Ante esto, resaltó que es un arco de entrada para dar la bienvenida a todos los visitantes.
Con la planta en la mano relató que esta es familiar del maguey y es una especie de cuchara con cola, simulando una segueta, debido a que tiene espinas y es ocupada para hacer la trenza y los moldes, de los arcos. En este contexto, indicó que los moldes se utilizan para hacer la trencilla, platitos, estrellas y figura que da finalidad a la vista.
Ante esto, señaló que existen diversos grupos que elaboran esta artesanía y destacó que de ellos aprendió.
Con honestidad expresó que cada grupo realiza los arcos y todos se apoyan para que estos sean los mejores.
Refirió que para concluir el año ya se preparan para las últimas fiestas y agregó que son 12 personas en cada grupo las que se dedican de su tiempo sin recibir un pago, pues esto lo toman como una manda que los católicos pagan y recordó que las siguientes festividades son en el barrio de San Diego y Santa Catarina.
Al rescate de las velas
La fe entre los izucarenses es tan fuerte, que jóvenes del municipio se han capacitado para rescatar las velas escamadas.
En entrevista por separado, en una pequeña iglesia de Izúcar, Isidro Rodríguez Cardoso, nos cuenta que las velas escamadas del altar mayor lucen un diseño único que coincide con el que realizaron en el Día de Muertos, pues son creaciones de un grupo de jóvenes que se capacitaron para que esta artesanía no se pierda.
Originario del barrio de Santiago Mihuacan, en donde existe un arroyo de agua que circula frente a la iglesia y en el cual los patos se refrescan ante el calor, explica cómo aprendieron la elaboración de las velas, las cuales comentó que ya están en riesgo de desaparecer porque no hay quien las elabore, pues solo Daniel Magnum, un habitante de ese lugar, era el único que se dedicaba a esto.
“Nosotros, con los chicos de Santiago Mihuacán, tomamos la iniciativa de aprender el oficio y visitamos a la única persona que las hace y muy amable, nos enseñó a crear la cera escamada y para seguir con lo que nos identifica y llevamos como cinco o siete años que nos dedicamos a esto”, enfatizó. Con alegría narró que es la mejor decisión que ha elegido en su vida.
En su turno, Marili Sánchez Sánchez, externó que nunca se imaginó dedicarse a este oficio que requiere de mucha precaución y responsabilidad, pues se maneja el calor para hacer este trabajo. Agregó que a sus 24 años se siente afortunada de ser parte del grupo para recuperar lo que es parte de una tradición.
Estas ceras son elaboradas en tres ocasiones al año como el 25 de julio de Santiago Apóstol que es su patrono, Día de Muertos y el 12 de diciembre para la Virgen de Guadalupe.
Ramilletes de fe
Recorriendo el municipio, se encuentra Juan Carlos Martínez, quien se dedica a realizar los ramilletes de flores para las personas que van a misa.
Con más de 22 años de experiencia, relató que su hermano fue quien le enseñó este oficio, el cual no recibe pago económico de lo que genere, sino solo un apoyo de quienes adquieren las artesanías.
Una sonrisa ilumina su rostro, mientras elaboraba flor por flor, con la habilidad impresionante, pues solo necesita dos flores, un pequeño tallo e hilo para su elaboración.
“Esto lo realizamos en la Cofradía cada año, pero nosotros, que nos dedicamos a esto todos los días, salimos a cortar la florecita para que tengamos un apoyo, pues se ve fácil, pero no lo es, además hacemos coronas”.
El artesano precisó que desde temprano comienza a cortar la flor con un gancho y una por una sin cortar el botón, para que esta siga floreciendo, pero también se separa por color para que los ramilletes tengan diversas combinaciones, y la gente a cambio le da un apoyo de 50 pesos o dependiendo el tamaño y la voluntad del cliente.
Con su canasto a un lado y tres bolsas con flores de diferentes colores, sin detenerse a la labor de ir formando los ramilletes, comentó que la flor tiene que estar limpia para que no eche a perder a las demás.
Destacó que los días fuertes de su actividad son miércoles para jueves y domingo para lunes, por ello, solo él realiza esta labor, pero también en sus tiempos libres su familia se suma.
Estas tradiciones refuerzan la fe católica de varias familias de Izúcar de Matamoros, pero a la vez son una fuente de ingresos, por ello, si tú visitas este municipio ubicado en la mixteca poblana, no te pierdas la oportunidad de conocer este tipo de trabajos y llevarte una artesanía a casa.
CHM