Los elegantes vestidos de hasta 30 mil pesos, las voluminosas pelucas de cabello natural, las largas pestañas y los altos tacones se convirtieron en su segunda piel, aquella que solo habita en los escenarios, se trata de Cucusa Minnelli Creel, un ícono de la vida LGBT en Puebla.
Mientras termina de delinearse lo ojos, coloca gloss en los labios y un poco de rubor en las mejillas, Ismael, quien da vida a Cucusa, relata que descubrió su amor por el transformismo cuando de joven estudiaba teatro en el Conservatorio de Puebla.
“Se me dio el show, la conducción y no pensé que fuera a hacer algo tan grande, fue algo maravilloso… lo del show es otra cosa, a mí me gustó, me dio miedo, pero sí me gustó cuando me vestí, cuando empecé a dar show y vi que tenía madera para eso y me contrataban”, comparte Cucusa en el camerino de MILENIO Puebla, en que terminaba sus últimos retoques para la entrevista que concedió a esta casa editorial.
Hoy, Cucusa tiene 35 años de trayectoria artística en los que derrochó glamour, color, ingenio, picardía y grandes imitaciones en las noches de fiesta en los antros de Puebla e incluso de otros estados.
Pero el camino, no fue fácil, aunque con una gran y tierna sonrisa cuenta que tuvo una vida afortunada la cual permitió llegar a sus 62 años de edad y recuerda las épocas en las que ser gay era fuertemente criticado.
“A mí y a muchos amigos nos tocó picar piedra, y hacer las cosas a escondidas, nos hacían redadas… no podías hacer fiestas en casa porque te echaban a la policía, 'ay una fiesta de homosexuales', era muy perseguido por los católicos, porque Puebla es una ciudad católica, de muchas iglesias, de muchas cosas que están mal que porque eso no es, no tenías que ser muy obvio para que te dejaran en paz, eran otros tiempos, muy satanizado ser gay”.
Pero nada de eso importó a Ismael, pues su principal fuerza para salir adelante, su familia, lo abrazó, amó e incluso reconoció.
“Mi mama siempre me quiso, me quiso mucho, me respetó y me quiso como fuera, me amaba, me besaba y eso me daba una fuerza para todo… yo hacía fiesta en mi cumpleaños en la disco donde yo trabajaba y me la prestaban con show y todo y llevaba a mi mamá, a mis hermanos, a todos los invitaba para que vieran en donde yo estaba en qué momento yo estoy y si terminaron mis hermanos, mi familia todos aplaudiéndome, se siente bonito porque me están aceptando y están conmigo y ya no les importaba que si era Ismael o la Cucusa”.
Mientras se contempla en el espejo, resbala suavemente el dorso de su mano derecha por una de sus mejillas, mueve los hombros y acomoda su cabello, Ismael cuentan también que aunque Cucusa no está retirada del todo, sabe perfectamente que en el mundo de la vanidad ya son pocos los años que le quedan al personaje.
“Yo sé que el personaje de la Cucusa ya está guardada… ahorita si hago uno que otro, pero ya el personaje, no me gustaría que me vieran más grande”.
Tras salir del camerino para hacer unas tomas de video en el pasillo de MILENIO Puebla y un poco más rejalada, Cucusa comparte también, mientras cruza la pierna y se acomoda en un sillón, que nunca pensó que sería tan aclamada y recordada por la canción de El Espejo de Yuri, incluso su manager, un joven que la acompaña, señala que ella, Cucusa, hizo famosa la canción, antes que la propia interprete.
Dos días después, en el marco del Día Internacional del Orgullo LGBT, y en medio de una multitud que le aplaudía y le pedía una y otra vez cantara “El Espejo”, Cucusa fue coronada reina de la marcha gay en Puebla este año, en reconocimiento a su trayectoria, pero sobre todo por ser pionera de la diversidad y la libertad.
JLMR