Un equipo de investigadores de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), mediante la implementación de laboratorios de paisaje comunitarios, implementa un proyecto que busca la inscripción de Cuetzalan en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Melissa Schumacher, investigadora de la institución de educación superior ubicada en San Andrés Cholula, explicó que el proyecto incluye la interacción con los saberes tradicionales y empoderamiento de las mujeres nahuas.
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Este año, Cuetzalan, ubicado, en la Sierra Norte de Puebla, cumplió 21 años con el nombramiento de Pueblo Mágico, periodo en el que se registra un aumento de turistas y, al mismo tiempo, en la venta de artesanías y de diferentes servicios.
El Pueblo Mágico se encuentra entre bosques con niebla, cafetales, cascadas, cuevas, grutas y helechos gigantes; además, se le relaciona con un ave mítica de las culturas prehispánicas: el quetzal.
“Este proyecto en Cuetzalan busca la protección de su patrimonio, también contempla implementar laboratorios de paisaje comunitarios en las localidades rurales, a través de la interacción con los saberes tradicionales y empoderamiento de las mujeres nahuas, para desarrollar estrategias de conservación de la biodiversidad y adaptación al cambio climático”, explicó Schumacher.
El proyecto surgió a partir de la solicitud de socios estratégicos, entre ellos, Ruben Pesci, presidente de la Fundación FLACAM-Cátedra UNESCO de Sustentabilidad, quien quedó sorprendido ante la riqueza de la biodiversidad de la Sierra Nororiental de Puebla.
“Desde 2005, el equipo de la Fundación Humbert buscó esta inscripción logrando sólo ingresar al municipio a la lista. Por ello, el proyecto queremos hacer el caminito para lograrlo a través de abordar el patrimonio biocultural de Cuetzalan desde la biodiversidad y el paisaje, no sólo lo arquitectónico. De ahí la importancia de lo que estamos haciendo”, explicó la especialista.
Humberto Gutiérrez, presidente de la Fundación Humbert, aseguró que Cuetzalan no puede ser concebida sin la presencia de las comunidades indígenas que conforman el municipio y que habitan en toda la región.
“El sitio es reflejo del color, las danzas, los ritos y conmemoraciones religiosas practicadas por sus ancestrales pobladores”, añadió.
Damaris Reyes Montor, estudiante de la Licenciatura en Arquitectura de Interiores de la Udlap, explicó que el proyecto permite aplicar los conocimientos aprendidos en clases.
“Empezamos nuestro trabajo impartiendo talleres de paisajismo en el que participaron habitantes de Cuetzalan, para comprender cuál es su necesidad y cómo nosotros como arquitectos podemos realizar actividades que ayuden a cuidar el paisaje; una vez detectado esto entramos a la siguiente fase, que es en la que estamos actualmente, y comprende el diseño de una casa altamente sustentable, construida con materiales sostenibles de la región, que es funcional y habitable, buscando con ello seguir contaminando”.
AAC