Daniela Márquez es una joven que, desde los 19 años, rompió con los estereotipos y se convirtió en una de las pocas mujeres tatuadoras en la ciudad de Puebla. Gracias a su talento y habilidades en el dibujo, abrió camino para que más poblanas puedan adentrarse en este mundo del arte plasmado en la piel.
El machismo es un factor latente en diversos oficios, y en este, en particular, se desestimaba el trabajo de las mujeres, al ser catalogado como una actividad propia de hombres por tratarse de algo “rudo”. Sin embargo, la historia ha cambiado, y las mujeres han ganado terreno en estudios profesionales y proyectos independientes que son reconocidos a nivel mundial.
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A sus 23 años, Daniela consolidó un estudio junto a otros tatuadores en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan. Sin embargo, su sueño de expresarse mediante el dibujo nació desde que era una niña, y fue en la adolescencia cuando decidió convertirse en aprendiz y tocar puertas para especializarse en el arte de tatuar. No esperaba que le tomaría meses lograrlo, ya que en muchos estudios no se permitía la presencia de mujeres.
“Era muy difícil que lo aceptaran; afortunadamente, mis papás me apoyaron mucho. Siempre han creído en mí, mi familia también, entonces siempre me respaldaron. Cultivaron en mí ese amor por el arte. A los 19 años decidí ser aprendiz en un estudio, que es la forma más viable en estos tiempos para emprender un oficio”, mencionó en entrevista para Multimedios Puebla.
Su técnica, sus creaciones exclusivas y sus ganas de salir adelante la han posicionado tanto en la capital como en otros estados. Desde su trinchera, apoya a otras mujeres que comparten el mismo sueño de triunfar en este ámbito, a pesar de la falta de apoyo por razones de género.
“Lo más difícil fue obtener reconocimiento de los clientes, porque suelen pensar que, por ser mujer, no harás un trabajo igual o que solo haces trabajos no muy detallados, pequeños o fáciles. Eso fue lo que más me costó, pero poco a poco fui encontrando clientes que creían en mi trabajo, y eso te ayuda a crecer y te conoce más gente que le gusta lo que haces y cómo lo haces”, señaló.
Daniela se especializó en la técnica de realismo con sombras, recreando rostros, personajes griegos, animales, figuras mágicas y diseños personalizados.
En su opinión, la piel es un lienzo donde se puede expresar cualquier sentimiento, por lo que invita a las mujeres a empoderarse aún más al tatuarse alguna frase, figura realista o símbolo que les recuerde cada día que “si lo imaginas, lo puedes crear”.
“Siempre hagan todo con amor, si es lo que realmente desean hacer. Siempre habrá formas y lugares donde cada vez más mujeres podemos expresarnos sin problema”, finalizó.
Asimismo, animó a las nuevas generaciones de tatuadoras a creer en sus sueños, confiar en su intuición, no rendirse y romper las cadenas, ya que este oficio no es exclusivo del género masculino.
CHM