En Puebla, las afectaciones por el derrame de combustible y las tomas clandestinas a ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) supera en un lapso de ocho años las 30.89 hectáreas de terrenos, área que requiere una inversión de más de 536.9 millones de pesos para su reparación.
De acuerdo con el análisis “El Robo de Hidrocarburos en ductos. Un delito enemigo del medio ambiente”, realizado por el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), el monto promedio utilizado por Petróleos Mexicanos (Pemex) en el país para remediar una hectárea de superficie afectada por el derrame de combustible de tomas clandestinas en ductos es de 17.37 millones de pesos.
De acuerdo con las respuestas de solicitudes de información realizadas por el Igavim, de 2012 a 2019 se registraron 58 mil 101 tomas clandestinas en el país. Guanajuato con tres mil 995; Puebla, 968; Veracruz, 456; Hidalgo, 447; Estado de México, 348; y Tabasco con 281, encabezan la lista de entidades con más tomas clandestinas en las que se identificaron derrame de hidrocarburo.
El estudio revela que, en un lapso de ocho años, en el país, se registraron 279.9 hectáreas de superficie afectada por derrame de combustible a partir de tomas clandestinas. Las entidades con más superficie afectada son: Guanajuato con 64.38 hectáreas; Tabasco, 61.13; Puebla, 30.89; México, 24.14; y Veracruz, 20.8 hectáreas.
En Puebla, la superficie identificada con derrame de hidrocarburo en ductos entre los años 2012 y 2019, registró los mayores daños en 2016, con 13.7 hectáreas; mientras que, en 2013, se contabilizaron 5.2; en 2015, 4.6; y en 2018, 4.4 hectáreas afectadas.
Dentro del territorio poblano, los municipios en los que se registra la mayor extensión de superficie contaminada y cuantificada son: Quecholac, Coronango, Acajete, Huauchinango, Amozoc, Acajete, Tepeaca, Santa Rita Tlahuapan y Palmar de Bravo.
“Los registros por derrame de hidrocarburo se ubicaron en la región Angelópolis, Valle Serdán y Sierra Norte, 34 registros cercanos a corrientes de agua intermitente y seis registros aproximadamente se ubicaron de manera directa en corriente perenne. Los predios identificados en su mayoría correspondieron a terrenos con vocación de manejo agrícola y pecuario, solo se identificaron 4 en selva alta perennifolia y uno se presentó en bosque mesófilo de montaña”, detalla el análisis del Igavim.
El estudio revela que Hidalgo, Puebla, Tamaulipas y Veracruz, son las únicas tres entidades en el país que cuentan con procedimientos para dar seguimiento a los hechos ilícitos dentro de sus facultades.
“Resulta primordial las atribuciones y responsabilidades que se delegan a la Federación, sin embargo; estos procedimientos solo reconocen el trabajo y cadena de custodia que debe prevalecer en la zona y no el aviso a otras dependencias para dar seguimiento al daño que se genera en el ecosistema”, destaca el análisis.
Los ductos más dañados por tomas clandestinas entre los años 2012 y 2019, se ubican en las entidades de: Guanajuato, Puebla, Tamaulipas e Hidalgo. El Igavim revela que existen variaciones en la información sobre tomas clandestinas entre las diferentes autoridades.
“Es necesario que Pemex exponga los motivos y justificaciones por los cuáles hay una variación en los registros de tomas clandestinas de las diferentes fuentes oficiales del 2012 al 2019, situación que repercute al comparar escenarios propios y ecológicos. Lo anterior, resulta preocupante ya que las pérdidas económicas diarias por robo de hidrocarburo podrían variar y ser mayor al indicado por las autoridades”, muestra el análisis.
El Igavim destaca que, al existir desequilibrio y desigualdad en el territorio, las alternativas delictivas se multiplican y una de ellas ha sido el robo de hidrocarburo, delito ha generado diversos impactos negativos acumulativos tales como un incremento del robo desde el 2004, beneficios económicos para el crimen organizado siendo la segunda actividad ilícita en importancia solo detrás del narcotráfico.
“Las organizaciones criminales involucradas en el robo de combustible han ido variando los modos de sustracción. En la actualidad, se diferencia este delito a través de dos modalidades: robo de pipas (camiones cisterna) y robo directo en ductos a través de las tomas clandestinas donde se presume que fue o es necesario el apoyo técnico de algún experto, trabajador o ex trabajador de Pemex para el manejo y apertura de las tomas”.
- Te recomendamos Reportan explosión e incendio de gasera en Apan, Hidalgo Policía
AFM