Extorsión, asesinatos, drogas y rifa de mujeres: los relatos de la Central de Abasto

Comerciantes entrevistados por MILENIO aseguraron que integrantes del grupo delictivo la Fuerza Anti-Unión los vigilan y amenazan si no pagan cuotas.

Algunos de los delitos que se registran en la Central de Abasto son extorsiones, secuestros, robos y homicidios. | Araceli López
Los comerciantes y consumidores se vuelvan los objetivos del crimen organizado. (Especial)
Abraham Reza
Ciudad de México /

La Central de Abasto de la Ciudad de México está cercada por el crimen organizado. El grupo delictivo Fuerza Anti-Unión Tepito ha instalado el terror en cada uno de los pasillos del mercado a través de las extorsiones, secuestros, robos, homicidios y todo tipo de delitos.

El portal de Datos de la Ciudad de México registra que en lo que va del 2020, la Fiscalía General de Justicia capitalina (FGJ-CdMx) ha iniciado al menos 875 carpetas de investigación derivadas de distintos ilícitos de bajo y alto impacto, entre estas 281 por robo, 33 por extorsión y 29 por narcomenudeo; sin embargo, los comerciantes aseguran que hay una cifra negra, pues una gran parte de las víctimas no se presenta a interponer denuncias por miedo a represalias de la célula delictiva.

Los delincuentes operan con intimidaciones a los bodegueros, se hacen pasar por gente del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y se acercan a los comerciantes asegurando que están ahí para protegerlos del crimen organizado y que por ello deben pagar una “cuota de protección”.

En un operativo realizado el pasado viernes 9 de octubre por parte de la policía capitalina y agentes de la Fiscalía local, se logró la detención de 17 personas. Tras el cateo de cuatro bodegas, las autoridades descubrieron narcotúneles para comunicar y distribuir droga entre locales. Al menos 13 de los arrestados fueron asegurados en flagrancia, en posesión de droga, de armas de fuego y por el delito de encubrimiento por receptación.

También se decomisaron 451 dosis de droga, incluida cocaína, mariguana y metanfetamina, además de 38 cartuchos útiles de diferentes calibres, 36 máquinas tragamonedas, un arma de fuego, una motocicleta, una camioneta y dinero en efectivo, según informaron las dependencias.

Pero ese no es el único evento relacionado con la delincuencia. En los últimos dos meses se han registrado al menos cuatro delitos grabados en las cámaras que los mismos locatarios han instalado en sus bodegas.

El último de estos ocurrió el 11 de octubre cuando criminales llegaron al patio de maniobras del pasillo S-81 y se robaron una caja de tráiler con mil 300 empaques de manzanas con un costo equivalente a medio millón de pesos.

Días antes, el 28 de septiembre, los propietarios de las bodegas B100 a la 106 registraron con su equipo móvil los boquetes que hicieron los ladrones en sus bodegas para ingresar y vaciar las cajas registradoras, robar equipo de cómputo y extraer las básculas. Los comerciantes cuestionaron a las autoridades de la Central de Abasto, pues no se explican cómo es que los delincuentes perforaron las paredes de hormigón.

En una violación más a la integridad de los trabajadores del mercado más grande de Latinoamérica se encuentra el homicidio de un vendedor de plátanos del pasillo W-X. Los hechos ocurrieron la madrugada del 29 de agosto a las 4 de la mañana, cuando en menos de 5 segundos un sujeto con gorra y chamarra negra se acercó y efectuó tres disparos al propietario de la bodega para después huir. El asesinato quedó registrado en las cámaras de vigilancia.

Dos días antes, en el área de zanahorias en flores y hortalizas, dos sujetos con la misma vestimenta se acercan a los vendedores de frutas y verduras y en menos de 10 segundos los despojan de sus pertenencias. Los hechos ocurrieron en plena hora pico y frente a cientos de vendedores que fueron previamente intimidados.

Se sabe que son al menos 50 los integrantes de la Fuerza Anti-Unión Tepito que operan en ese lugar. Se han denunciado desde halcones, estibadores que surten de información sobre quién llega y quién sale, e incluso de empleados de “confianza” que integran esta red, pues avisan que propietarios de bodega tienen dinero en efectivo, dónde lo esconden y hasta se ha denunciado que proporcionan direcciones particulares, donde este grupo delictivo los llega a extorsionar.

Francisco Chávez y Octavio López son comerciantes de frutas y abarrotes, ellos, junto a otros de sus colegas, aseguran que han sido víctimas de lo que llaman la “Ciudad sin ley”, pues dicen que en la Central de Abasto, no sólo los amenaza el covid-19, sino también la delincuencia.

Francisco Chávez es propietario de una bodega en la que vende abarrotes, en entrevista para MILENIO el comerciante contó que en la central, los giros ya no solo son de frutas y hortalizas, sino que desde hace unos años ahí se “consigue de todo: drogas, alcohol, armas e inclusive mujeres”.

Pero eso no es todo, el flujo de dinero en este mercado es tan alto que las operaciones anuales ascienden a los 900 mil millones de dólares, lo que hace que tanto comerciantes como consumidores se vuelvan en objetivos del crimen organizado.

“La extorsión es fácil para ellos; te toman fotos, te siguen, observan cómo trabajas, a qué hora llegas y a qué hora te vas, conocen a tus empleados y ya que tienen la información te dicen que conocen a tu familia, que conocen tus pasos, por dónde andas, te mandan fotos de tu carro e inclusive utilizan a los diableros como halcones”, compartió Octavio López.

Para Octavio, el hallazgo del narcotúnel no es nuevo. Pues dicen que desde hace un par de años es bien sabido que en cada una de las bodegas hay un sótano en el que pueden pasar todo tipo de cosas: “Aquí la mayoría de las bodegas, tienen sótanos y mucha gente hace mal uso de ellas, se dice que hay prostíbulos, y billares”.

Hace un mes la policía de la capital desplegó 120 elementos para resguardar las 327 hectáreas de este Mercado de alimentos. Además en enero de este año la corporación policiaca informó que 636 videocámaras del Centro de Comando y Control (C2) vigilarán los pasillos de este lugar, pero no ha sido suficiente para cubrir las 327 hectáreas del mercado.

“Si pasa algo uno va a la coordinación a pedir los videos y te dicen que la cámara no servía, entonces no hay forma. Necesitamos que aquí la fuerza policiaca sea permanente y que realmente anden entre pasillos”, asegura Francisco Chávez, mientras muestra las cámaras del C2 ubicadas frente a su bodega.

“Aquí todos los días pasa gente que se dedica a vender el cigarro de mariguana a los trabajadores, o pasan muchachas ofreciendo boletos de rifa para estar con ellas, se cree que hasta algunas cafeteras andan vendiendo drogas entre sus tamales, y entre sus tortas”, finalizó.

jamj

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