Investigadores del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe) demostraron que los termómetros infrarrojos que se ocupan en las entradas de supermercados, aeropuertos, bancos y otras instituciones para medir la temperatura de las personas son inofensivos.
Francisco Javier Renero Carrillo, investigador de la Coordinación de Óptica y del área de Ciencias Biomédicas del centro de investigación adscrito al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), destacó que el termómetro infrarrojo es un instrumento basado en sensores térmicos que no emiten radiación.
“Son dispositivos que capturan la temperatura emitida por el cuerpo humano, y es desplegada en la pantalla del instrumento, por lo que no causa ningún daño a la salud. Entre las medidas de seguridad que se implementaron durante la presente contingencia sanitaria en muchos lugares es la toma de temperatura con termómetros infrarrojos. Ha circulado en redes sociales la información falsa de que estos instrumentos son dañinos. Nada más lejos de la realidad. Estos termómetros no emiten radiación, captan la temperatura corporal de las personas”, apuntó el investigador.
Los termómetros que parece una pistolita, en realidad, son sensores térmicos que no emite radiación y solo miden la temperatura sin utilizar un láser; mientras que la luz roja visible es emitida por un diodo emisor de luz, es decir, un LED, como los que usan los automóviles, que no es dañino para el cuerpo del ser humano.
“Llama la atención a la población la luz roja que se prende. Es importante aclarar que no se trata de un láser, sino de luz visible que proviene de un LED. Esa luz roja no es un láser, no daña el cuerpo, es de muy baja potencia, y su única función es apuntar el blanco donde quiero medir la temperatura”, explicó Renero Carrillo.
El titular de la Coordinación de Óptica del Inaoe detalló que cuando se activa el termómetro, el gatillo que tiene emite la orden de prender la luz LED roja; sin embargo, no se trata de un laser que dañe la piel o al cuerpo.
“En el momento en el que en el que el operador del termómetro jala el gatillo, alimenta eléctricamente al sensor. El sensor mide la radiación del objeto que está siendo apuntado, la electrónica la transforma en términos de temperatura, que es desplegada en el monitor del termómetro, pero no emite alguna radiación que pueda afectar al cuerpo humano”, explicó el especialista.
Recordó que los sensores de temperatura fueron desarrollados, primero en la industria; y luego se aplicó la tecnología en la medicina para facilitar la medición sin que dicho ejercicio represente un daño.
“En la industria automotriz se necesita monitorear la temperatura de los motores; mientras que en la industria eléctrica necesitan medir la temperatura de los transformadores. Antes, tradicionalmente se colocaba un termómetro de contacto, pero era impráctico cuando tenían que monitorear los transformadores sobre los postes. Desafortunadamente los sensores de radiación térmica eran caros o difíciles de fabricar. Sin embargo, con el avance de la microelectrónica se han superado las dificultades y ahora se usan estos equipos en el sector salud”, comentó.
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