A los transmigrantes que pasan por diferentes rutas dentro del territorio mexicano con destino hacia Estados Unidos en busca de cumplir el llamado “sueño americano”, les están robando su dignidad y sus derechos son vulnerados.
Arturo González González, coordinador de la Red Jesuita con Migrantes, explicó que los migrantes que pasan por territorio mexicano son golpeados y en los albergues que les brindan apoyo y “vuelven a la vida”.
“Llegan sucios, golpeados cansados. La ruta les roba la dignidad humana, y cuando la gente llega al albergue, come, duerme, descansa y se siente segura, le vuelve la vida. Se necesita gente de todas las carreras que vayan a ayudar a los albergues y den un poco de sí para hacer la diferencia en sus vidas”, comentó.
Durante el conversatorio "¿Qué se puede hacer en migración?", organizado por la Universidad Iberoamericana Puebla, el sacerdote jesuita destacó que la pastoral con migrantes enfrenta encrucijadas porque trabajan en medio de las fronteras culturales, existenciales, de miseria, de violencia, humanas.
La Red Jesuita con Migrantes se dedica a brindar acompañamiento de Canadá a Panamá a los migrantes, de país a país; y se enfoca en la búsqueda de migrantes desaparecidos y tienen servicio de albergue, en la ruta del tren conocido como La Bestia.
En los albergues como el denominado La Casita de Nazareth, los jesuitas y miembros de la sociedad civil brindan cobijo, descanso, higiene y alimento a todos quienes llegan buscando ayuda bajando del tren.
“A mí me humanizaron los migrantes, porque cuando se bajaban del tren me daba mucho gusto; y cuando se trepaban a La Bestia se me partía el corazón, porque no sabíamos qué les iba a pasar. Aprendí que ese otro y esa otra eran mis hermanos y hermanas carnales. Uno crece y se hace más humano”, destacó.
En su oportunidad, Rossana Beltrán Rojas, presidenta de Casa de Atención a Desamparados, resaltó que los defensores de derechos humanos están trabajando en impulsar acciones para brindar apoyo a los migrantes.
"Siempre podemos hacer algo por los demás si volteamos y abrimos los ojos en nuestro entorno, ante la necesidad. La migración implica mucho esfuerzo, trabajo, sufrimiento y política”, destacó.
Beltrán Rojas llamó a los estudiantes de educación superior a pensar en el compromiso que tienen con la sociedad y con todos los grupos vulnerables porque no se trata sólo de recibir un título y buscar un trabajo.
“Tal vez el día de mañana les toque ser migrantes al estudiar un posgrado, por lo que les conmino a pensar como seres humanos, cómo quisieran ser recibidos”, resaltó la presidenta de Casa de Atención a Desamparados.
AFM