Desde hace diez días, la vida de la familia Pérez Erendida cambió por completo, el hijo primogénito de la señora Patricia, Armando Pérez Erendida de 30 años, desapareció de las inmediaciones de su domicilio ubicado en el poblado de San Juan Cósala.
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Para Patricia, las esperanzas comienzan a desaparecer, con lágrimas en sus ojos, ella aseguró que su hijo jamás se iría sin decirle nada.
“El salió ese día, no tenía trabajo y salió ese día a cortar guamúchiles, salió como a las 5 de la tarde y ya no regreso. Se me están cayendo ya las alas porque ya es mucho y mi hijo de con mi papá a mi casa no salía”, dijo la afligida madre.
A las 48 horas de no dar con su paradero, sus familiares decidieron poner una denuncia por su desaparición, el martes 18 de mayo, Armando vestía de pants gris y playera blanca, como señas particulares, cuenta con dos tatuajes, uno sobre el pecho y otro en los brazos.
“Iba con una camiseta de Movimiento Ciudadano blanca y la gorra, él tiene un tatuaje que lleva aquí en el pecho el tatuaje se puso perdónenme jefecitos por mi vida loca´ y en los brazos unas charritas y un Zapata”, detalló.
Así como la familia Pérez Erendira, ha acudido más de tres veces a las instalaciones del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, con la esperanza de localizar a su familiar, existen cientos de familias que diariamente acuden a la morgue con la esperanza de poder localizar por lo menos una parte de su familiar.
De acuerdo con datos del portal de transparencia de personas sin identificar en el Instituto, existen dos mil 429 cuerpos que no han sido reclamados por un familiar, de los cuales 188 corresponden a mujeres, mil 762 a hombres y en 479 casos, se desconoce género.
“No como, no duermo en estar pensando a qué horas va a llegar mi hijo a decir ya regrese mamá”, finalizó.
MC