Tatuajes, pistas claves para la identificación de cuerpos

Los tatuajes se han convertido en un elemento fundamental en la búsqueda de personas desaparecidas. Al ser marcas únicas, facilitan el reconocimiento de los cuerpos que son encontrados por integrantes de colectivos de familiares de víctimas, y muchas veces, ese distintivo en la piel termina por cerrar un capítulo doloroso en la historia de quienes exploran terrenos para hallar a sus seres queridos.

Expertos en Ciencias Forenses refieren que la identificación de cuerpos y el reconocimiento son términos de acciones diferentes, sin embargo, los tatuajes, las cicatrices y los lunes son una pieza clave en el rompecabezas de la desaparición de una persona.

Marvin Rojas González, académico especialista en la materia y perito en el fuero federal, aclaró que “no nos podemos guiar por completo en generar una identificación por medio de un tatuaje, pero sí van a ser herramientas que van a ayudar en el ámbito forense para robustecer, para generar un resultado más confiable en conjunto con las demás especialidades forenses para que se pueda identificar a una persona”.

Ese es el caso de Monserrat Hernández, quien gracias a los tatuajes pudo identificar las extremidades del cuerpo de su familiar, víctima de desaparición forzada, que fue encontrado en el interior de una fosa clandestina y reclamaron sus restos en el Servicio Médico Forense (Semefo).

“Cuando llegamos a Semefo, lo que hacen ellos es que dependiendo de los cinchos y los segmentos, los separan en partes que tienen tatuajes y partes que no tienen tatuajes, entonces, una probabilidad que nosotros tuvimos de identificarlo pues es que lo separan, y no son muchos, y ya cuando nosotros llegamos mi mamá dice que ella no tenía ningún cateo de ADN, porque ella no había dejado su ADN, pues que ella tenía una referencia en lo que era su brazo derecho donde estaban los tatuajes, y ya los muestra, y al momento en que los muestra la doctora de Semefo dice ‘ah bueno, creo que al parecer sí hay algunos’, porque él tenía una rosa, una calavera y el nombre de su pareja, y diferentes, entonces dice que al parecer sí había algunos que se parecían”, relató.

Su madre llegó con la fotografía de la extremidad con los tatuajes y comenzaron a observar detenidamente, “encuentra esta parte donde está su tatuaje de su rosa y pues su brazo era muy delgadito, entonces dice que sí, da con la primera prueba, y comienza a seguir viendo las demás fotos y ahora da con su extremidad superior del brazo donde estaba pues el nombre de su pareja y pues el tatuaje de la calavera”.

En mayo pasado, un activista que trabaja en la búsqueda de personas en campo publicó a través de redes sociales la información que recabó en la fosa clandestina hallada en Lomas de San Agustín, en Tlajomulco de Zúñiga, sobre los tatuajes que tenían las víctimas que fueron localizadas en el punto. La publicación rápidamente se viralizó y permitió que personas que buscaban a sus seres queridos tuvieran una pista de ellos.

El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses contabilizó 3 mil 470 registros, que comprenden personas fallecidas sin identificar, personas identificadas y partes de cuerpos localizadas, del 19 de septiembre de 2018 al 13 de julio de 2023. Del total, 3 mil 164 son hombres, de los cuales 802 tienen tatuajes; mientras que 306 son mujeres, y 116 presentan tatuajes.

En el micrositio del instituto, se especifica la descripción de la forma, la tinta y la parte del cuerpo en la que se encuentran los tatuajes; así como partes humanas.

En el registro de mujeres, hay 83 cuerpos, 27 torsos, seis cabezas y un cuerpo seccionado; de los hombres, son 723 cuerpos, 195 torsos, 32 cabezas, siete extremidades y un tórax. Todas las partes están tatuadas.

MC