Las descargas de aguas negras a la laguna del Chairela la altura de La Herradura, son el punto más contaminado del sistema y generan un foco de infección que afecta a la población, señaló el ambientalista Roque Montiel.
En una plática para la asociación Identidad Tampiqueña Siglo XXI, el representante de Ciudadanos Conscientes en Acción por México, dijo también que las escorrentías sobre la calle Márquez de Guadalupe ya se han denunciado, pero ninguna autoridad da respuesta.
Mencionó que el Chairel es fuente de abastecimiento para consumo de la población de Tampico y Madero, sin embargo “se está cometiendo un ecocidio” debido a la descarga de aguas negras que bajan y convergen por la referida calle.
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“Este es uno de los muchos casos que se han presentado en Tampico al avanzar la urbanización, y es una problemática que con preocupación hemos visto crecer”.
Explicó que en el lugar se observan aguas residuales brotando de alcantarillas, escorrentías pluviales “y agua tratada que diluye y evita que se estanquen las aguas contaminadas, con el fin de evitar o amortiguar el olor de las aguas negras”.
Comentó que ello agrava la falta de agua apta para consumo de la población y la zona se convierte en un grave foco de infección, afectando la salud y causando epidemias estacionales.
“Podemos ver lodos cloacales, producto de las aguas negras, diseminados por los vehículos, llevando patógenos a los hogares, propiciando las epidemias que estamos padeciendo”.
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Mencionó que hay un flujo continuo de aguas negras que van a dar a la laguna del Chairel a través del sector El Charro.
“Vemos banquetas con roturas y bajo ellas circulan aguas negras y su inconfundible olor que contamina el aire; hay muchas enfermedades epidemiológicas que se pueden contraer debido a ello”.
Agregó que hay desagües donde se ven diferentes tipos de agua, pues se “lavan” las descargas residuales y todo llega finalmente al Chairel.
“Es una problemática que se ha agravado, hace falta una auditoría al lugar y a todos los puntos donde se detecten aguas negras en la laguna, para encontrar las descargas ilegales”.
Afirmó que hay una separación de solo 4.34 kilómetros entre el área analizada y la bocatoma de la Comapa, “y en todo su trayecto se suman más descargas ilegales de aguas negras, mismas que son recirculadas en la planta de tratamiento y enviadas a la población”, concluyó.
SJHN