Las almas de los seres queridos retornan a lo alto del bosque, a principios de noviembre “las palomas” arriban como un símbolo de unión entre el mundo de los vivos y el de los muertos; así es como la cosmovisión náhuatl de la comunidad de San Mateo Almomoloa antiguamente daba significado a la llegada de la mariposa Monarca.
La coincidencia de la migración de este insecto creó un vínculo cultural que, a lo largo de los años, dio paso a la construcción de una actividad económica que beneficia a poco más de 60 ejidatarios y sus familias, quienes desde la década de los noventas dieron inicio a la coordinación de la actividad turística en el santuario de Piedra Herrada, en el municipio de Temascaltepec.
Realizan un viaje de entre 2 y 4 mil kilómetros, desde Canadá y Estados Unidos, durante el otoño, para pasar el invierno en tierras mexicanas, especialmente en Michoacán y el Estado de México, lugares en el que se conformó la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca y que desde 2000 fue nombrado Bien de Patrimonio Mundial Natural.
En lo alto de la montaña, en las copas de los pinos, ocotes y cedros, yacen capullos de miles de mariposas que esperan los rayos del sol para emprender el vuelo; a poco más de 3 kilómetros de altura desde la parte baja del santuario se encuentra el núcleo, lugar al que los turistas arriban para poder observarlas en estado de reposo; sin embargo, el espectáculo comienza cuando sus alas se abren y la luz ilumina cual vitrales negros y amarillos.
Algunas esperan en la parte baja, donde preparan el despegue con aleteos presurosos que las ayudan a calentar sus pequeños cuerpos, es por ello que las personas que ascienden deben hacerlo en grupos ordenados y de forma silenciosa para no perturbarlas o pisarlas.
Larga vida.Generación Matusalén
La monarca migratoria pertenece a la llamada “generación Matusalén”, denominada así por su longeva vida, pues llegan a sobrevivir hasta ocho meses, es decir, entre siete y ocho veces más de lo que un ejemplar de este tipo de insecto subsiste. Dicha generación nace específicamente cuando se acerca el otoño y a pesar de nunca haber realizado el viaje, logran llegar a su etapa de hibernación a suelo mexiquense.
Es por eso la atracción que genera que miles de turistas, nacionales y extranjeros visiten los santuarios para apreciar de cerca su belleza de la durante la temporada de arribo, que va desde noviembre a mediados de marzo.
Sin embargo, este 2020 debido a la contingencia sanitaria ocasionada por la pandemia de covid-19, los ejidatarios de Piedra Herrada han tenido una disminución de hasta 70 por ciento en el número de visitantes, situación que tenían prevista por lo que han iniciado una serie de capacitaciones para tener un mejor control sanitario en la zona.
“La gente ya lo sabe, van a llegar muy pocos; si usted cree que no quiere ponerse en riesgo o su familia, no va a venir a este lugar, pero hay pocas personas que van a querer visitar este lugar”, aseguró Rosalio Hernández, presidente del comité Mariposa Monarca de esta comunidad.
En este sentido, el Centro Latinoamericano de Formación y Capacitación para Guías de Turismo (CENLATUR) inició trabajos con ejidatarios, guías y personal de Protección Civil y seguridad que laboran en esta zona, para evitar contagios que pongan en riesgo tanto al personal como a los turistas, por lo que en este curso se les indica los lugares de limpieza constante y cómo realizarla.
“Una de las partes principales es la organización que tiene en cada una de las áreas, nosotros tenemos un gestor o un representante de cada una que pueda identificar el programa higiénico sanitario; que es lo que se tiene que hacer previo y durante el servicio. Por ejemplo, los caballos, cuando nosotros tomamos las riendas ya estamos contaminando, desde allí ellos deben estar viendo cómo van a limpiar cada vez que se sube una persona”, explicó Patricia López Becerra, directora administrativa de Cenatur.
Medidas de higiene, horarios y reglas
Como parte de las medidas sanitarias para el ingreso y estadía en Piedra Herrada están la toma de temperatura, distribución de gel antibacterial y el uso obligatorio de cubrebocas durante el trayecto de ascenso y descenso. “Quisiera invitar a la gente que visite este lugar a que siga las reglas, ya que las vamos a aplicar y que estén conscientes de que, si van a entrar a este santuario, deben de seguir el protocolo”, enfatizó Rosalío Hernández.
- La visita es de lunes a viernes de 9:00 a 16:00 horas y sábados y domingos de 8:00 a 16:00 horas; se invita a los visitantes a obedecer tanto las medidas sanitarias como las de conservación, no tomando restos de las mariposas muertas, no intentar sujetarlas vivas, ni realizar ruidos muy fuertes o permanecer en el lugar más tiempo del indicado.
KVS