Los martillazos hacen eco en todo el espacio, se combinan con el sonido de una pala que incorpora arena, cemento y grava para hacer la llamada "mezcla", con la que habrán de unir ladrillos o colar un "castillo" que sirva como soporte de una pared; se suma el vaivén del serrucho contra la madera; las varillas vibrando al ser unidad y de vez en cuando un zumbido que emana de la soldadora que amalgama el metal, todos hacen una bella melodía que resuena un 3 de mayo.
Esta melodía urbana se rompe por unos minutos, los trabajadores de la obra civil, un inmueble que cuando sea terminado será el hogar de una familia, suben a lo más alto de la misma para colocar una cruz en lo alto. Pequeña, pero llena de color contrasta con el gris que deja el cemento al ser "aplanado" en las paredes, resalta y grita por si sola que aunque se celebra en silencio el Día de la Santa Cruz, no se olvidó en este 2021, que la pandemia no arrebató esta tradición a los "maestros albañiles", esos artesanos de la cuchara que elaboran todas las edificaciones que adornan las ciudades y los pueblos de México.
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Un ritmo apenas audible emana de una vieja grabadora, acompañada de algunas voces que corean las letras de canciones sin importar el género: cumbia, salsa, rock, ranchera, entre muchos otros; en realidad no importa la melodía sino que por unos segundos se disfruta de algo distinto a los sonidos de herramientas golpeándose entre ellas, todo lo clásico de una construcción.
El 3 de mayo es el Día de la Santa Cruz, celebrada por todos los albañiles de todo el país, "agradecemos por un año más de trabajo, por eso ponemos la cruz arriba de la obra. Para que nos cuide y el próximo año haya más trabajo, que es lo que más necesitamos para tener dinero", dijo Don José, maestro de una obra dentro de un fraccionamiento.
Es una fiesta para los artesanos de la cuchara, pero más allá de la música que emana de la vieja radio arriba de un bote de metal, no hay celebración, no hay cohetes explotando en todo el cielo; su banquete se reduce a unos refractarios con algunos guisados que trajeron desde casa, unas tortillas y refrescos en vaso de plástico, sentados en cubetas de plástico y rodeados de materiales de construcción, así se vive el 3 de mayo en el 2021.
"Pues qué nos queda güero, trabajar, pasar el día trabajando, cómo más vamos a celebrar cuando es lo que más necesitamos, trabajo. Gracias a Dios que hay y que ojalá sigamos con mucho trabajo para el próximo año", reconoció.
Alrededor de la Bella Airosa existen muchos puntos en los que se está llevando a cabo una construcción, puentes vehiculares, bardas perimetrales, y ampliaciones en hogares de diversas colonias; en todos ellos los "maestros albañiles" laboran sin parar, tomando un tiempo para colocar una cruz en sus inmuebles aún sin concluir, se sientan un momento a compartir los alimentos y siguen adelante con su labor, nada ajeno a un día como cualquier otro, un 3 de mayo que no se olvida, pero que sí pasa desapercibido.