Considerada como la más elevada de las celebraciones de la Iglesia Católica "El día de todos Santos" honra a los que ya están en presencia de Dios, pero también a personas comunes que vivieron vidas con honrosas.
“La santidad es alegría, es esfuerzo, es trabajo, de ninguna manera podemos identificar a los santos con la tristeza, o el desanimo sino todo lo contrario, la santidad es alegría, la santidad es gozo, perdón, es darnos la mano, es descubrir que todos somos hermanos y que podemos descubrir un mundo mejor, juntos”, dijo Jesús Feregrino Salas, arquidiócesis de Guadalajara.
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La honestidad, la generosidad, lealtad, la tolerancia, el respeto, la fortaleza, la templanza, la paciencia, la justicia, el compromiso, la confianza, la valentía, la solidaridad y el optimismo son algunas de las virtudes a ejercer con amor.
Profetas, patriarcas, hombres y mujeres de buena voluntad, conocidos o desconocidos, esta fecha especial tiene su origen en el siglo IV cuando la iglesia católica aceptó que sería imposible nombrar un día al año para cada santo o mártir, por lo que se hizo una celebración conjunta para honrar a todos los que tuvieron una vida virtuosa, repartiendo amor, incluso la iglesia dice que todos estamos llamados a la santidad.
Mártir sería el primer modelo de santidad, el segundo "el confesor", que tienen una vida tan ejemplar y heroica llena de virtudes que ya están en gracia y el tercer modelo es la santidad de la vida común y corriente, de la vida ordinaria, que por amor a Dios se lucha por ser mejor, teniendo como premisa el amor a Dios y el prójimo.
Para la iglesia católica es importante no confundir este día con la celebración del Día de Muertos.
JMH