Doña Juanita es una abuelita que vive sola, para ella la pandemia por coronavirus no ha sido fácil porque tiene que salir a trabajar y aunque no lo hace de sol a sol, sus salidas implican un riesgo de contagio por covid-19.
"Este problema a todos nos pega, pero hay que trabajar porque no soy una persona quieta y ello me ayuda a despejarme para evitar pensar".
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Ella vive sobre la calle Guayaquil en la zona centro de Madero, a veces sale a su patio para sentir el fresco que le proporcionan las tardes. Quedó viuda hace 27 años, tiene 5 hijos, todos ahora casados.
Los domingo eran las visitas, pero la emergencia sanitaria ha disminuido esta actividad familiar. Siguen pendiente de ella, porque la llaman al celular.
Asegura no estar triste, su oficio la ayuda a despejarse, hace labores de limpieza en casas, se cuida extremadamente, porta su cubrebocas cada que tiene que acudir a estas labores.
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"Me cuido como todos, estoy con mi cubrebocas, así salga a tirar la basura o si tengp que ir al mercado".
Señaló estar consciente de que el coronavirus se está llevando a los abuelos, pero también sabe que con esta enfermedad u otra situación puede irse, porque es parte de la vida.
"Hay miedos, aunque considero que estamos en el ciclo que nos toca vivir. Tengo una casa modesta, hay frijoles, los que no faltan, gracias a Dios"
Su esposo fue carpintero y hace 27 años murió, se quedó con sus cinco hijos, quienes se casaron, le han dado nueve nietos y tiene una biznieta.
gins