Día del Barbero. Pasado y presente se fusionan en las manos de Alberto

La historia de Alberto Martínez López es una muestra de que detrás de cada uno de los profesionistas de las tijeras y navajas, hay mucho por contar.

Alberto Martínez López. (Melanie Torres)
Jesús Zavala
Puebla /

Con una trayectoria de, al menos 25 años, Alberto Martínez López ha encontrado en la profesión de la barbería un modo de vida que conlleva además de un gran número de responsabilidades, sacrificios y retos, un sinfín de alegrías y una manera única de engrandecer el legado de sus antepasados.

Los inicios de la familia Martínez en la barbería se remontan hasta dos generaciones previas a la de Alberto, pues su tío abuelo fue el primer integrante de sus antepasados en incursionar en esta profesión y a su vez él le enseñó a Neftalí Martínez, papá de este barbero que desde su niñez vivió entre tijeras, navajas y un sinfín de personas que llegaban a las manos de su padre en búsqueda de un corte adecuado en su cabello y barba.

"Él fue quien me enseñó, falleció cuando yo tenía 14 años y desde esa edad me tuve que aventar sólito, pero ya me había dejado las bases", afirmó Alberto previo a reconocer que la guía de su padre fue pieza fundamental para su formación profesional, misma que se vio apoyada por varias personas que, por aprecio a su papá, lo dejaban practicar con su cabello en sus inicios:

"Mi padre hace mucho que se fue, hace ya 26 años, pero él me dejó las bases de todo lo poco que yo sé", refirió.
Alberto Martínez López. (Melanie Torres)

Con inicios complicados pero llenos de gratas experiencias, Alberto aprendió de manera empírica o como él lo llama "echando a perder"; sin embargo, nunca se encontró a un mal cliente, todo lo contrario, personas que eran conscientes de su edad y sus intenciones por salir adelante con un negocio que había heredado de manera precipitada. Siempre le dieron al entonces muy joven barbero una nueva oportunidad, acto que le hizo mejorar su técnica de gran manera.

Todo el apoyo recibido y a sabiendas de que ahora él era el nuevo representante de la familia Martínez en el mundo de la barbería, llevó a Alberto a esforzarse el doble y perfeccionar su trabajo, mismo que en sus propias palabras se volvió una forma de vida un tanto exigente, demandante pero ante todo muy noble en cada una de las recompensas que ello significa.

"Algo difícil de ser barbero es el poco tiempo libre, si hay clientes hay que estar aquí y si no hay clientes hay que estar aquí; uno debe estar dispuesto a todo y es que además este es un trabajo noble, no te deja sin comer, te da para pagar lo necesario y te da muchos amigos", así lo manifestó el hombre que deja ver su amor y pasión que ejerce día con día en su establecimiento, ubicado en Galería Las Ánimas.

El gran cariño de Martínez por su profesión le ha dado la oportunidad de emplear hasta a cinco personas en su barbería de "La Real"; sin embargo, la pandemia de covid-19 y la crisis que llegó con ella llevó al dueño de este establecimiento a manejar su negocio por sí solo; no obstante, él confía en que pronto la vida se arreglará y podrá emplear a más personas para dar servicio a un mayor número de clientes.

En el marco del Día del Barbero, la historia de Alberto Martínez López es una muestra de que detrás de cada uno de estos profesionistas de las tijeras y navajas, hay mucho por contar, este hecho constata que un viaje a la barbería podría significar un encuentro con el pasado y el preámbulo de un mejor mañana.

mpl

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