Ante el cambio de la realidad educativa y más de 40 por ciento de estudiantes en condiciones de vulnerabilidad, los docentes se enfrentan a retos como la estabilidad emocional de sus comunidades de alumnos y de ellos mismos, la brecha digital que se apreció en medio de la pandemia y el impulso a un enfoque de humanización.
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En los puntos anteriores coincidieron, por separado, las investigadoras de la Universidad Iberoamericana Puebla, Lilia Vélez Iglesias, titular de la Dirección General Académica; y Ana Laura Ramírez Cruz, experta en procesos educativos.
Durante el XVII Foro del Campo Estratégico de Acción en Modelos y Políticas Educativas (Ceamope) del Sistema Universitario Jesuita, Lilia Vélez Iglesias, titular de la Dirección General Académica de la Ibero Puebla destacó que dos de cada cinco estudiantes del sistema básico se encuentra en condiciones de vulnerabilidad; mientras que, ante la poca funcionalidad de las clases en línea, la situación económica y la falta de dispositivos o internet, entre otras causas, una gran cantidad de estudiantes abandonaron la escuela durante la pandemia de covid-19 que comenzó en marzo de 2020.
Destacó la necesidad de contar con diagnósticos para frenar las deserciones y regularizar a quienes no tuvieron acceso a una educación a distancia de calidad durante el periodo de confinamiento por la pandemia.
En el mismo foro, Luis Medina Gual, investigador de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México-Tijuana, reveló que los docentes realizaron procesos de planeación y ejecución de sus clases con base en el nuevo escenario, sin embargo, tanto estudiantes como los propios profesores se dieron cuenta de la precarización de los procesos de reflexión y evaluación.
A la par, para diseñar las clases, los maestros contemplaron la continuidad académica y el acceso a materiales didácticos por parte de sus alumnados. Para las lecciones, cerca del 40 por ciento de los docentes buscaron acercar el currículum a la realidad actual.
Por separado, Ana Laura Ramírez Cruz, investigadora en procesos educativos de la Universidad Iberoamericana Puebla, en su análisis “Humanización en la educación o formación. El reto de la actualidad”, resalta que la escuela tiene un proyecto con la comunidad para defender los mismos valores, lo que significa un cambio, un cambio en el maestro, porque antes le formaban, históricamente, para ser un agente educativo de enseñar contenidos.
“Hoy se forma a los maestros, o deberían formárseles, para ser un agente social educativo con impacto en el contexto en que vive y trabaja. Vale recordar que la misión común es contribuir al logro de una sociedad más libre, solidaria, incluyente, productiva y pacífica mediante el desarrollo y la difusión del conocimiento y la formación de profesionistas de gran calidad humana: la excelencia en todo, orientados al servicio y conciencia individual”, expone la investigadora.
La formación humanista permite poseer no solo conocimientos formales acerca del hombre, sino también un manifiesto interés hacia la persona y todo lo que está relacionado con el desarrollo de esta, destaca la especialista.
AAC